Los científicos que publican su estudio en Science Translational Medicine, realizaron el experimento con ratones y llegaron a conclusiones que podrían ser prometedoras en el tratamiento del cáncer.
El profesor Valter Longo, profesor de Gerontología y Ciencias Biológicas en la Universidad de Southern en California y un equipo de investigadores, encontraron que cinco de ocho tipos de cáncer en ratones respondieron al ayuno, y que la privación de alimentos hizo más lento el crecimiento y la propagación de los tumores. "Y la combinación de ciclos de ayuno más quimioterapia fue mucho más eficaz que la quimioterapia por sí sola”, afirmaron.
Los investigadores encontraron que un ciclo de ayuno antes de la quimioterapia protegía a los animales contra los efectos secundarios tóxicos del tratamiento. Y sin el tratamiento de quimioterapia, observaron que un período de ayuno de dos días logró detener la progresión de los tumores, en varios tipos de cáncer.
Una esperanza para el futuro
"Vimos que ciclos cortos de ayuno (de entre 2 y 4 días) fueron tan efectivos como la quimioterapia. Pero juntos, el ayuno y la quimioterapia, funcionaron mucho mejor que cada uno por separado", manifestó el Profesor Longo a BBC Mundo.
El científico cree que cuando las células se ven privadas de nutrientes y de factores de crecimiento, intentan compensar esa falta consumiendo más energía, y que eso promueve un estrés oxidativo y la muerte celular.
Los científicos se encuentran abocados a probar esta combinación con humanos, y los resultados preliminares muestran resultados positivos. Pero el profesor Longo advirtió que el ayuno no es algo recomendable para todos: puede causar en algunas personas un descenso de la presión sanguínea y dolores de cabeza, entre otros síntomas.
Longo aclara que esta es sólo la etapa inicial de la investigación y habrá que llevar a cabo más estudios antes de recomendar el ayuno como terapia en enfermos de cáncer.
Los resultados de la primera fase de una prueba clínica con pacientes de cáncer de mama, uretra y ovario, llevados a cabo en el Centro Integral de Cáncer de la Universidad de Southern en California, se han presentado en la Asamblea Anual de la Sociedad Estadounidense de Oncólogos.
