El trabajo presentado en el Congreso Europeo de Cáncer que se realizó en Viena, Austria, refiere que el 75% de los pacientes que consumieron una dosis diaria de aspirina aún estaban vivos 5 años después de ser diagnosticados con cáncer de colon, estómago, páncreas y garganta, mientras que el porcentaje de supervivencia de los que no tomaban el medicamento era del 42%. Los resultados fueron consistentes incluso teniendo en cuenta factores como el sexo, la edad, la etapa del cáncer y otros tratamientos.
El equipo fue capaz de demostrar una asociación entre el uso de la aspirina después de un diagnóstico de cáncer y la supervivencia global mediante la vinculación de los datos de los pacientes con información de medicamentos de dispensación del Instituto PHARMO en Utrecht, Países Bajos.
La investigación incluyó a 13,715 pacientes que recibieron un diagnóstico de cáncer gastrointestinal entre 1998 y 2011. De estos pacientes, el 42.8% tenía cáncer de colon, un 25.4% cáncer rectal y el 10.2% cáncer de esófago. El 22% restante tenían cáncer de estómago, páncreas y de las vías biliares. Los pacientes fueron seguidos durante una media de 48.6 meses y tomaban entre 80 y 10 miligramos diarios de aspirina, prescritos para prevenir un ataque al corazón.
"La investigación médica se está centrando cada vez más en la medicina personalizada, pero muchos tratamientos personalizados son caros y sólo es útil en pequeñas poblaciones", aseguró Martine Frouws, quien dirigió la investigación, al diario británico Daily Mail.
“Como la aspirina es barata y tiene pocos efectos secundarios, esto tendrá un gran impacto tanto en los pacientes como en los sistemas de salud, ya que reducirá el costo de los tratamientos”, destacó.
A su vez, el profesor Nadir Arber, portavoz del Congreso Europeo de Cáncer, destacó que: “la aspirina puede servir como una bala mágica ya que puede atacar y prevenir la enfermedad isquémica del corazón, el cáncer y la enfermedad de Alzheimer, las tres grandes catástrofes de la salud en el tercer milenio”.
Los científicos creen que el efecto beneficioso de la aspirina en el cáncer es debido a su efecto antiplaquetario. Las plaquetas son un componente de la sangre cuya función es detener el sangrado mediante el agrupamiento y la obstrucción de las lesiones de los vasos sanguíneos. La aspirina inhibe la función plaquetaria y, por tanto, permite que el sistema inmunológico reconocer las células tumorales circulantes y eliminarlas.
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