Existen muchos mitos acerca de los componentes de la dieta que aumentan el riesgo de padecer cáncer. Algunos son ciertos y otros no. Para saber cuáles te conviene limitar o eliminar, conoce a los verdaderos culpables según la evidencia científica, y por qué.
1. Carnes rojas
El elevado consumo de carne de res y embutidos se asoció con un aumento del 22% en el riesgo de cáncer de mama en general. Por cada porción adicional diaria, se produce un incremento del 13% del riesgo, según un estudio publicado en British Medical Journal. Analizaron a más de 88 mil mujeres de entre 26 y 45 años.
Adictos a los bistec, es mejor limitar un poco el consumo. Un nuevo estudio indica que la carne roja puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de colon hasta en un 36%. La investigación, realizada por el American Institute for Cancer Research, aporta evidencia sólida en contra de este alimento tan popular.
Por la alta cantidad de azúcar refinado y grasas, los snacks dulces como galletitas o donas, pueden provocar cáncer colorrectal. Así lo determinó un estudio de las universidades de Aberdeen y Edinburgo, en Escocia, que analizaron las dietas de 2,000 pacientes con cáncer colorrectal y las compararon con las de un grupo similar de la población.
Este estudio de 2013 fue uno de los primeros en encontrar un vínculo entre este tipo de cáncer y la dieta con alto contenido de azúcar y grasas. Y sumaron otro factor de importancia en la incidencia del cáncer: el alto contenido calórico de ciertos snacks dulces. Los médicos aconsejan reemplazarlos por frutas, verduras o frutos secos.
3. Las harinas blancas
Se sabe que el consumo excesivo de éstas promueve varias enfermedades, pero lo que poco se dice es que el proceso de blanqueado a que se somete a la harina, es en base a una sustancia química llamada gas de cloro. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) indica que es un irritante peligroso no seguro para inhalar y que en grandes cantidades, puede ser letal.
4. Las carnes procesadas
Hablamos de salchichas, tocinos, salami, jamones. El procesamiento de la carne, al agregarle conservantes como sal o nitrito de sodio para prevenir el crecimiento bacterial, puede que añada compuestos que podrían incrementar el potencial de causar cáncer, según la American Cancer Society. También fueron declaradas cancerígenas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Hay evidencia?
Hay estudios que vinculan el consumo de grandes cantidades de carnes procesadas con un aumento del riesgo de cáncer colorrectal. Puede que se deba a los nitritos, añadidos a muchas carnes frías, fiambres y embutidos. Y muchos contienen alquiltrán, otro carcinógeno conocido que también está presente en los cigarrillos.
5. El azúcar refinado
Aumenta los niveles de insulina y varios estudios certifican que éste es un alimento estimulante del cáncer. Pero cuidado: los sustitutos como los endulzantes artificiales están fabricados con aspartamo y éste también es dañino. Para endulzar, es mejor la miel de abeja y la melaza, pero siempre en pequeñas cantidades.
Alimento del cáncer
El premio Nobel de medicina, Otto Warburg, descubrió en 1931 que los tumores y cánceres utilizan azúcares para alimentarse y crecer. Para proliferar, las células cancerosas prefieren los nutrientes del organismo ricos en fructosa, como el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) que se metaboliza más rápida y fácilmente.
6. La sal
Existe una gran evidencia de que las alimentaciones basadas en un gran contenido de alimentos curados con sal o preparados en vinagre conllevan un riesgo aumentado de cáncer estomacal, cáncer nasofaríngeo y cáncer de garganta, informa la American Cancer Society.
7. Tomates en lata
No sólo los tomates, sino la mayoría de los alimentos enlatados, constituyen una gran preocupación dado que en el revestimiento se incluye un producto llamado bisfenol A o BPA, que provoca graves alteraciones genéticas que derivan en serias enfermedades, según la Academia Nacional de Ciencias. El BPA es un agente sospechoso de provocar cáncer.
¿Quién está expuesto al BPA?
Este químico está muy presente en los envases de alimentos y bebidas; se convive con él. El informe Nacional de Examen de Salud y Nutrición Survey (NHANES III, 2003-2004) de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) encontró niveles detectables de BPA en el 93% de las 2,517 muestras de orina de niños y adultos.
8. Pesticidas en frutas y verduras
Algunas sustancias como la atrazina, tiodicarb y los organofosforados, así como los fertilizantes de nitrógeno elevados, son muy peligrosos. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental (EPA), los pesticidas se han relacionado con una serie de problemas de salud, y podrían ser agentes cancerígenos o alterar el sistema hormonal.
Muy contaminadas
Aunque muy nutritivas y aconsejadas por su valor para prevenir enfermedades, las manzanas fueron las frutas que dieron positivo por lo menos con un residuo de plaguicida en un 99% de los casos analizados. A pesar de ser una de las frutas más valiosas, deberás tener precaución en su consumo, por ejemplo, descartando la cáscara.
9. Las Grasas
Tanto como el sedentarismo, todo lo que engorda aumenta el riesgo. La American Cancer Society informa que tener sobrepeso u obesidad se asocia con un riesgo mayor de cáncer de seno, colon, endometrio, esófago, riñón y páncreas, así como de vesícula biliar. Y probablemente de hígado, próstata, cuello uterino y ovario, y linfoma no Hodgkin.
10. Palomitas de maíz en microondas
Lo dañino no son las palomitas de maíz, sino la bolsa contenedora para calentarlas. El producto es el ácido perfluorooctanoico (PFOA) una toxina que ha demostrado provocar cáncer en animales de laboratorio. La EPA quiere que el uso de esta sustancia química se retire progresivamente de los productos.