El cáncer de seno, de acuerdo con la Sociedad Americana Contra el Cáncer, es el más común entre las mujeres en los Estados Unidos, después del cáncer de piel y la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres, después del de pulmón. Se estima que en 2015 se diagnosticaran alrededor de 231,840 nuevos casos de cáncer de seno y alrededor de 40,290 mujeres morirán a causa de este tipo de cáncer.
El estudio publicado en Laboratory Investigation, refiere que las moléculas de ácido acetilsalicílico, conocido comúnmente como aspirina, afectan negativamente la vida de las células del cáncer de seno y su capacidad de crecimiento, por lo que podrían frenar su propagación a otras partes del organismo femenino e incluso, la aparición de este tipo de cáncer.
Para la investigación, los expertos encabezados por el Dr. Sushanta Banerjee, realizaron tres diferentes fases de experimentación. Primero, incubaron células de cáncer de seno en su laboratorio y las colocaron en 96 recipientes separados, exponiendo cada uno a varias dosis de ácido acetilsalicílico. Los resultados revelaron que la aspirina mató la mayoría de las células de cáncer de seno y las que no murieron, no tenían capacidad de crecimiento.
En la segunda parte del trabajo, dieron a 20 ratones con cáncer de mama agresivo una dosis diaria de aspirina. La dosis que recibieron fue el equivalente a 75 miligramos en seres humanos, que se consideraría una dosis baja. Luego de 15 días, el equipo comparó los tamaños de los tumores de los ratones tratados con los de los 20 ratones con cáncer de seno agresivo que no recibieron aspirina. Hallaron que los tumores de los ratones que recibieron la aspirina eran 47% más pequeños que los de los roedores no tratados.
Finalmente, el equipo dio una dosis diaria de aspirina durante 10 días a un grupo de ratones, antes de exponerlos a las células de cáncer de seno. Al comparar con el grupo control, se encontró que los que recibieron la aspirina tenían niveles mucho más bajos de crecimiento canceroso.
Los autores del trabajo refirieren que el problema principal del cáncer de mama es que suele regresar después de unos cinco a 10 años, toda vez que una parte de las células cancerígenas son células madre que sobreviven a los tratamientos (quimioterapia) y pasan a modo de reposo; al despertarse, esas células se convierten en tumores agresivos de difícil curación.
"Hemos encontrado que la aspirina provocó que las células cancerosas residuales pierdan sus propiedades de auto renovación", destacó Banerjee en información difundida por el Centro Médico. "Básicamente, no podían crecer o reproducirse. Así que hay dos partes aquí. Podríamos dar aspirina después de la quimioterapia para prevenir la recaída y podríamos usarla preventivamente", añadió.
Si bien los resultados del estudio son prometedores, el Dr. Banerjee admite que las personas deben hablar con su médico antes de tomar una dosis diaria de aspirina, debido a que se sabe que adelgaza la sangre y aumentaría el riesgo de sangrado gastrointestinal. "Por supuesto que es un riesgo", señaló Banerjee, "pero hay que sopesar contra los riesgos de cáncer ", puntualizó.
Estudios anteriores refieren que el efecto benéfico de la aspirina se debería a que disminuye la inflamación. La inflamación es una respuesta del sistema inmunológico y uno de los factores que facilitan el desarrollo del cáncer. La disminución de la inflamación puede resultar en menor producción, en el tejido pre canceroso, de oxidantes que ocasionarían daños en el ADN.
Una investigación de la Universidad Queen Mary de Londres en Reino Unido, demostró que el consumo diario de aspirinas puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar y morir de los principales cánceres del tracto digestivo, es decir, cáncer de intestino, el estómago y el esófago.
Los investigadores tienen la esperanza de que los efectos del uso de la aspirina sigan demostrando su eficacia como herramienta para prevenir y tratar el cáncer.