Un estudio encuentra que el asma que se transmite de madre a hijo podría no depender únicamente de la genética: las bacterias intestinales parecen jugar un papel fundamental. Del hallazgo se desprende la idea de que los probióticos podrían, en el futuro, prevenir algunos casos de asma infantil.
El asma, una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias, afecta a alrededor del 13% de las mujeres embarazadas. Y el embarazo puede afectar la gravedad de los síntomas. Un estudio mostró que los síntomas de asma eran peores en el 35% de las embarazadas, mientras que tiende a ser más agudo a fines del segundo trimestre y comienzos del tercero, según la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI)
Si no se controlan adecuadamente, los síntomas del asma pueden derivar en el bajo peso del bebé al nacer, y es más probable que éste también desarrolle asma.
El microbioma y el asma infantil
En los últimos años, las bacterias intestinales o microbioma, han centrado atención de los científicos: se las relaciona con una lista extensa de enfermedades tan diversas como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple, la esquizofrenia, y ahora, con el asma infantil.
Un equipo de científicos, dirigido por la investigadora Anita Kozyrskyj de la Universidad de Alberta, en Canadá, se propuso observar la interacción entre el asma durante el embarazo y las bacterias intestinales, y sus conclusiones fueron publicadas recientemente en European Respiratory Journal.
Los investigadores reclutaron a 1,000 madres y sus bebés para el Estudio de Desarrollo Longitudinal Infantil Saludable Canadiense de AllerGen. A los 3-4 meses de edad, se evaluó la microbiota fecal de los bebés y se la comparó con muestras de microbiota de madres sin asma.
Así descubrieron que los bebés caucásicos cuyas madres tenían asma tenían un tercio más de posibilidades de tener un microbioma intestinal con características específicas a la edad de 3-4 meses.
Menos bacterias "buenas"
"Vimos una reducción significativa en la familia de los Lactobacillus en bebés nacidos de mujeres embarazadas que tenían asma, y esto era especialmente evidente si la madre asmática tenía alergias o exceso de peso" escribieron los científicos.
Los Lactobacillus son "bacterias amistosas" que viven normalmente en nuestros sistemas digestivo, urinario y genital sin causar enfermedades, y que se pueden incorporar con el yogur o suplementos dietéticos.
Este cambio en el microbioma se ha atribuido previamente a otros factores. Podría ser que las madres asmáticas reciban más antibióticos o tengan más nacimientos por cesárea, y ambas tienen el potencial de alterar la composición de las bacterias intestinales del bebé.
Los resultados suponen una nueva e interesante vía de estudio sobre cómo a través de la vigilancia de la flora intestinal de la madre, se podría prevenir la transmisión del asma infantil.