De acuerdo con David Sánchez, la comida está vinculada profundamente con los sentimientos, ya que “al nacer nuestra mamá nos da leche, nos abraza, nos quiere y desde entonces vamos formando una relación con la comida que está completamente asociada con cariño, con compañía y amor”. Sin embargo, si existe alguna distorsión afectiva, ésta se puede ver reflejada en el modo de comer.