El flagelo del consumo de drogas está haciendo estragos en todo el país, y Virginia Occidental es uno de los estados con más muertes por sobredosis.
Detrás de ésta, hay otra estadística preocupante: el número de bebés que nacen con síndrome de abstinencia neonatal o NAS, porque sus madres usaron drogas durante el embarazo.
El Sistema de Seguimiento de Familia y Niñez de West Virginia informó que el número de bebés nacidos adictos a las drogas sigue aumentando: fue de 21 casos por cada 1,000 admisiones en 2010 y trepó a 106 casos por cada 1,000 en 2014.
Sharon Vealey, del Departamento de Salud y Recursos Humanos de ese estado, informó a los medios que hubo 79 casos confirmados de bebés con NAS en lo que va de 2015.
Los bebés están naciendo con varios niveles de drogas en su organismo. “Algunos de éstos no pueden ser considerados adictos, pero la mayoría requieren tratamiento y cuidados adicionales, como más tiempo de atención hospitalaria y seguimiento” dijo la doctora Alicia Maddix, del Premier Pediatric Center, en Bridgeport.
En el condado de Harrison, en 2014 aproximadamente el 50% de los bebés tenían madres que habían consumido drogas, alcohol, cigarrillos o cafeína, y todos éstos necesitaron tratamiento para sus síntomas de abstinencia, de acuerdo con Lee Ann Romeo, del United Hospital Center (UHC).
Bebés en peligro
A nivel nacional, las cifras crecientes de bebés nacidos con NAS envían a cientos a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Desde 2004 hasta 2013, la tasa de admisiones a la UCI neonatal de todo el país de bebés nacidos con NAS aumentó de 7 casos por cada 1,000 admisiones, a 27 casos por cada 1,000, según un informe de mayo de 2015 aparecido en New England Journal of Medicine.
"Cualquiera de estos bebés es más propenso a desarrollar problemas más adelante en la vida, cuando entren al pre-kinder o al kinder. Creemos que probablemente se enfrentarán a un desafío mayor en la escuela" agregó Maddix.
West Virginia enfrenta el problema
"Aproximadamente 1,500 bebés nacen en el Centro de Medicina de la Universidad de West Virginia (WVU) cada año" dijo Angela Jones-Knopf, portavoz de la institución. "Seguimos viendo un aumento en el número de niños expuestos a una variedad de sustancias de entre un 15% al 30%" agregó.
En algunos lugares ya se están tomando medidas para anticiparse al problema. Las embarazadas que ingresan al United Hospital Center (UHC). son examinadas durante la atención y seguimiento prenatal. Se les hacen pruebas para determinar la presencia de anfetaminas, barbitúricos, cocaína, opiáceos, benzodiacepinas y marihuana, y se incluyen pruebas para detectar heroína y analgésicos.
En caso de dar positivo, se las ingresa en un programa para salir de la adicción, con puntuaciones positivas para alentarlas a dejar las drogas.
"Les hacemos un cuestionario a las embarazadas acerca de su abuso de drogas y fármacos recetados, luego les informamos de los peligros, y les brindamos un servicio social automático de consulta. El trabajador social habla con la futura madre, quien después recibe la contención de un consejero de servicios de protección infantil" dijo Harlow.
El seguimiento también incluye estudiar el grado de dependencia de la futura madre hacia las drogas y su capacidad para criar a su bebé una vez que nazca. También se tiene en cuenta la composición de la familia, los registros hospitalarios e historial de la madre y el padre. Todos reciben asesoramiento y seguimiento. Es un sistema de apoyo para la familia de los adictos y sus bebés, que se denomina "Derecho saludable desde el inicio".
"Ésta es una epidemia de los últimos 3 a 4 años", declaró Harlow. "No sabemos el efecto que va a tener sobre los niños en la edad escolar. Creemos que es donde van a empezar los verdaderos problemas" concluyó la experta.
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