Los científicos han descubierto que algunos alimentos que engordan pueden ser tan adictivos como la heroína y la cocaína. Entonces es probable que se necesite algo más que fuerza de voluntad para perder libras. Entérate cuáles son las comidas más adictivas y cómo saber si tienes adicción a ellas.
El ejercicio es una solución obvia y conocida para quemar grasas, pero incluso hacerlo puede no tener los efectos esperados, según los resultados de un estudio que la University of Southern California (USC) difundió en marzo de 2017 donde se halló que comer en exceso altera la función cerebral, aumentando la probabilidad de adicción.
Las similitudes entre la adicción a la comida y a las drogas son sorprendentes. Al ser altos en grasas, los alimentos con alto contenido calórico sobrecargan los centros de placer del cerebro, al igual que la cocaína y la heroína. Cuanto más comemos estos tipos de alimentos, más los deseamos para activar estos centros.
A igual que los drogadictos desarrollan tolerancia a una sustancia determinada, las personas que muestran signos de adicción a la comida, desarrollan tolerancia a ciertos alimentos. Independientemente de estar llenos, siguen comiendo a pesar de que la comida les satisface cada vez menos.
Y no son sólo las personas con sobrepeso las que pueden convertirse en adictas. Aquéllas que mantienen un peso normal también pueden perder el control de sus comportamientos alimentarios, aseguran los investigadores estadounidenses.
La adicción al azúcar es equiparable a la adicción a las drogas. Un estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Princeton, EE.UU. concluyó que el consumo de sustancias dulces dispara efectos químicos en el cerebro y hasta puede llegar a incidir en el comportamiento.
En presencia del azúcar se liberan opioides y dopaminas, que son neurotransmisores relacionados con la recompensa, y constituye una reacción similar a la que dispara el consumo de cocaína, metanfetamina, morfina o alcohol.
A muchas personas les resulta difícil dejar de comer. En lugar de disfrutar de unas cucharadas de helado, devoran todo el envase. Y lo hacen incluso cuando no tienen hambre. Los descubrimientos recientes, al observar los cambios en el cerebro, pueden cambiar la forma de tratar la obesidad en el futuro.
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Cuáles son los más adictivos
Según los científicos de la USC, encabezan la lista los altos en grasas, de alto contenido calórico y los que poseen cantidades excesivas de azúcar. Los peores son, en orden de importancia: pizza, chocolate, galletas envasadas, helado y papas fritas.
Le siguen...
Hamburguesas con queso, soda regular, pastel, queso, tocino, pollo frito, rolls y palomitas de maíz. Una investigación del Centro para Adicciones y Salud Mental de la Universidad de York, en Canadá, sostiene que con quienes tienen dependencia a las drogas y entre los comedores compulsivos, se deben realizar tratamientos similares.
¿Cómo saber si soy adicto/a a la comida?
La Yale Food Addiction Scale (YFAS) creada por varios organismos es una prueba que los médicos utilizan para identificar potenciales adicciones a la comida. Hazte las siguientes 8 preguntas. Si tienes varias respuestas que arrojan "sí", es posible que necesites buscar ayuda psicológica para controlar tu alimentación compulsiva...
1) ¿Comes incluso cuando estás lleno? 2) ¿Puedes dejar de disfrutar de ciertos alimentos cuando no están disponibles en tu casa? 3) ¿Te encuentras terminando una bolsa de papas fritas o un paquete de galletas cuando la intención era comer sólo unas pocas? 4) ¿Tienes ansias?
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Las otras preguntas...
5) ¿Reconoces que ciertos alimentos son más difíciles que otros para dejar de comer? 6) ¿Eliges comer en lugar de pasar tiempo con amigos y familiares? 7) ¿Evitas las actividades y eventos que antes disfrutabas debido al temor de comer en exceso? 8) ¿Tus excesos han restringido tu estilo de vida?
¿Cómo puedo reducir mi adicción a la comida?
Al igual que cualquier otra adicción, ésta requiere de una intervención profesional intensa. Discutir las preocupaciones con un médico, quien probablemente recetará un cambio en la dieta y el asesoramiento con terapias conductuales, pueden ayudarte a poner a tu alimentación bajo control.
