Trastorno bipolar: qué es, a quiénes afecta y cómo se trata

El trastorno bipolar, antiguamente conocido como trastorno maniacodepresivo o depresión maníaca, es un trastorno mental que puede ser crónico o episódico, es decir, que ocurre ocasionalmente en intervalos irregulares. Se caracteriza por ocasionar cambios inusuales, a menudo extremos, y fluctuantes en el estado de ánimo, concentración, capacidad física y en los niveles de energía.

Aun no se ha determinado una conexión genética específica, aunque la mayoría de los casos suelen tener parientes con alguna forma de depresión. También se baraja la posibilidad de la influencia por factores ambientales o por un desequilibrio bioquímico que altera el ánimo de la persona. Este desequilibrio puede ser por una producción irregular de hormonas o por un problema de neurotransmisores.

Las señales del trastorno bipolar dependerán del tipo de episodio que ocurra. Por ejemplo, en el caso de un episodio maníaco puede notarse una participación excesiva en actividades, poco sueño, fácil distracción, comportamientos imprudentes y falta de autocontrol, irritabilidad, pensamientos apresurados, hablar mucho y rápido o tener creencias falsas acerca de sí mismo.

También pueden ocurrir episodios depresivos, donde la persona se ve afectada por sentimiento de tristeza, problemas para recordar, tomar decisiones o concentrarse, trastornos alimenticios (que provocan pérdida o aumento de peso), fatiga o falta de energía, pérdida de autoestima, dificultades para dormir, tendencia a aislarse y pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio.

El trastorno bipolar se puede presentar en cualquier persona y sus signos suelen comenzar en la adolescencia tardía o la adultez temprana, aunque también puede darse en niños y adultos. Por lo general, la enfermedad dura toda la vida. Existen distintos tipos de trastorno bipolar, que los especialistas han clasificado de la siguiente manera:

Se define por episodios maníacos que duran al menos siete días o cuando los síntomas son tan graves que se necesita atención hospitalaria. También se producen episodios depresivos separados, que suelen durar al menos dos semanas. Es posible que ocurran episodios de alteraciones en el estado de ánimo con características mixtas (síntomas depresivos y maníacos al mismo tiempo).

Se define por un patrón de episodios depresivos y episodios hipomaníacos, pero no por los episodios maníacos extremos descritos anteriormente. Mientras que los episodios maníacos del trastorno bipolar I pueden ser graves y peligrosos, las personas con trastorno bipolar II pueden estar deprimidas durante largos períodos, lo que puede devenir en un deterioro mental importante.

También denominado ciclotimia, se define por síntomas hipomaníacos y depresivos persistentes que no son tan intensos ni duran lo suficiente como para calificarlos como episodios hipomaníacos o depresivos. Normalmente, los signos ocurren durante al menos dos años en los adultos y un año en los niños o adolescentes.

Algunos síntomas del trastorno bipolar son parecidos a los de otras enfermedades, dando origen a diagnósticos erróneos. Además, muchas personas con trastorno bipolar pueden padecer otras afecciones de salud mental, como psicosis, trastornos de ansiedad y de déficit de atención con hiperactividad, o trastornos de la alimentación, como atracones o bulimia.

Para controlar los síntomas del trastorno bipolar, se puede recurrir a ciertos medicamentos. Los tipos más comunes que se recetan son los estabilizadores del estado de ánimo (como el litio) y antipsicóticos atípicos (como la Clozapina). Algunos pacientes pueden necesitar probar con varios fármacos y colaborar con el médico hasta encontrar la mejor opción para su caso.

También llamada "terapia de diálogo", la psicoterapia es un término utilizado para una variedad de técnicas de tratamiento que buscan ayudar a una persona a identificar y modificar emociones, pensamientos y comportamientos problemáticos. Por este motivo, suele utilizarse para brindar apoyo, educación, habilidades y estrategias a las personas con trastorno bipolar y a sus familiares.

Algunas actividades se han mostrado beneficiosas para mitigar los síntomas de trastorno bipolar, como trotar, nadar, o montar en bicicleta, ya que promueve un mejor sueño y salud cardiovascular, a la vez que disminuye el riesgo de depresión y ansiedad. También se aconseja registrar los síntomas anímicos diarios, para ayudar a los profesionales de la salud a dar un seguimiento del caso.

Aunque desde la medicina tradicional se suelen recomendar hierbas y suplementos para combatir este trastorno, no existen investigaciones científicas que hayan corroborado estos efectos. Antes de comenzar a tomar cualquier de estas opciones o usarlas para complementar los tratamientos tradicionales, consulta a tu médico, ya que puede existir el riesgo de efectos secundarios graves.

Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa, Clínica Mayo, Instituto Nacional de la Salud Mental, KidsHealth, Mental Health America.