Terapias alternativas para el herpes genital

Puedes contraer herpes al tener relaciones sexuales orales, vaginales o anales con una persona que tenga la enfermedad. El líquido que se encuentra en la llaga del herpes contiene el virus y el contacto con ese líquido puede causar la infección. También puedes contraer el herpes de una pareja sexual infectada que no tenga llagas visibles o que no sepa que está infectada, ya que el virus puede liberarse y propagar la infección a su pareja.

Se estima que en todo el mundo hay 3700 millones de personas menores de 50 años (67%) infectadas por VHS-1, y 417 millones de personas de 15 a 49 años de edad (11%) infectadas por VHS-2. El herpes genital es común en Estados Unidos. Aproximadamente una de cada seis personas entre 14 y 49 años lo padece. La mayoría de las infecciones herpéticas orales y genitales son asintomáticas.

Puedes protegerte contra el contagio del herpes si: no tienes relaciones sexuales; tienes una relación mutuamente monógama; usas condones de látex y diques dentales en forma correcta cada vez que tienes relaciones sexuales, aunque las señales pueden presentarse en las áreas genitales del hombre y de la mujer que no se hayan cubierto con un condón de látex. Por lo tanto, es posible que los condones no te protejan completamente del herpes.

La mayoría de las personas que tiene herpes no presenta síntomas o si los presenta son muy leves. Es posible que no te des cuenta de los síntomas leves o que los confundas con otra afección de la piel como un grano o pelo encarnado. Es por esto que la mayoría de las personas que tienen herpes no lo saben.

Las llagas del herpes genital, por lo general, se ven como una o más ampollas en los genitales, el recto o la boca. Las ampollas se abren y dejan llagas dolorosas que pueden tardar semanas en curarse. A estos síntomas a veces se los llaman “brotes”. La primera vez que una persona tiene un brote es probable que también presente síntomas similares a los de la influenza (gripe) como fiebre, dolores corporales e inflamación de glándulas.

Si tienes herpes, debes decirle a tu pareja sexual y dejarle saber que tienes esta afección y el riesgo que implica. Usar condones puede ayudar a disminuir este riesgo, pero el riesgo no desaparecerá por completo. No tener otras llagas u otros síntomas de herpes también puede disminuir el riesgo, pero no completamente. Incluso si no tienes ningún síntoma puedes aún infectar a tus parejas sexuales.

No existe una cura para el herpes. Pero existen medicamentos y otras terapias que pueden prevenir o disminuir la duración de los brotes. Uno de estos medicamentos para el herpes puede tomarse todos los días y reduce la probabilidad de que le pases la infección a tu pareja sexual o parejas sexuales.

El herpes genital puede causar llagas genitales dolorosas y puede ser grave en personas con el sistema inmunitario deprimido. Si te tocas las llagas o tocas el líquido puedes pasar el herpes a otras partes de tu cuerpo, como a los ojos. No te toques las llagas ni toques el líquido para evitar propagar el herpes a otra parte del cuerpo. Si te toca las llagas o tocas el líquido, lávate bien las manos inmediatamente para evitar propagar su infección

Hay varias terapias alternativas (también llamadas complementarias) que pueden ayudarte a enfrentar los brotes de herpes genital. El autocuidado básico a veces puede ser suficiente para aliviar la mayoría de las molestias causadas por el herpes genital. Por ejemplo, tomar un analgésico de venta libre, como aspirina, acetaminofén o ibuprofeno, puede ayudar a aliviar el dolor.

Los médicos a veces recomiendan sumergir el área afectada en agua tibia. Pero el área debe mantenerse seca la mayor parte del tiempo. Por eso es importante que después de los baños de asiento te seques bien, incluso sugieren usar un secador de pelo no muy caliente. Luego ponte ropa interior de algodón porque esta tela absorbe la humedad mejor que la tela sintética.

Los científicos han estudiado extractos de hierbas y suplementos nutricionales basados en las experiencias de los propios pacientes. Algunos resultados han sido prometedores, otros desalentadores. Por ejemplo, la planta de equinácea, como ayuda a aumentar la capacidad del sistema inmune para combatir las infecciones, disminuye la frecuencia y la gravedad de los brotes de herpes genital.

Otro estudio demostró que una pomada que contiene propóleos, una sustancia cerosa que las abejas producen, puede ayudar a sanar las llagas del herpes. De hecho, los que usaron el ungüento de propóleo se curaron más rápido que aquellas que usan cremas que contienen el medicamento antiviral aciclovir o un placebo. La pomada se aplicó a las llagas 4 veces al día. Después de 10 días, 24 de las 30 personas estaban curadas.

Los investigadores también descubrieron que la hierba Prunella vulgaris y una seta comestible, Rozites caperata (la "seta gitana"), contienen sustancias químicas que combaten tanto el HSV-1 como el HSV-2. Estos tratamientos no han sido aprobados para tratar el herpes genital por la FDA, pero pueden comprarse en tiendas, aunque no se les considera suplementos nutricionales, ni medicamentos.

OMS Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades División para la Prevención de ETS (DSTDP) Noori S Al-Waili Waili Foundation for Science • New York Medical Care for Nephrology