Neutral: una nueva forma de sexo

Las personas que se autodenominan neutrales o genderqueer no se identifican ni con el sexo que nacieron, masculino o femenino, ni con el ser gay. Se autodefinen como pertenecientes a un tercer género, neutral. No les aplica la categoría de nacimiento pero tampoco la otra, no les va ninguno de los dos géneros binarios, pero tienen rasgos de los dos.

El llamado genderqueer o género raro, no-binario o imbinario, es una identidad transgénero que designa a aquellas personas cuya identidad de género no se asimila a los espectros tradicionales de los géneros binarios, es decir masculino y femenino. Puede incluir una variedad de situaciones que va desde la identificación con ambos géneros o la identificación con un género alejado de los géneros binarios.

Una de las opciones de estas personas es no identificarse ni como masculino ni como femenino, es decir sería sin género o agénero. Otra opción es la combinación de ambos géneros o bigénero o una opción que sería algo así como un género neutro, en el que sobresalen aspectos de los géneros binarios pero no puede definirse como ninguno en particular. O personas que tienen un género global e inclusivo, también llamado pangénero.

En general, son personas a las que les cuesta llegar a su identidad porque van probando diferentes alternativas (vestirse de hombre, de mujer, tener relaciones con uno u otro género) pero terminan descubriendo que poseen características de los dos y que les va mucho más pensarse como neutrales y diferentes.

El sexo es el estado biológico de una persona, ya sea hombre o mujer, asociado con atributos físicos tales como los cromosomas, la prevalencia hormonal y la anatomía interna y externa. El género son las conductas y los roles establecidos socialmente y cómo se siente en relación a sí mismo, explica la Asociación Psicoanalítica Americana (APA).

La identidad de género tiene que ver con el modelo de identificación del individuo y por ende, el sentimiento interno sobre el género de la persona. Hay personas que no están conformes con haber nacidos hombres o mujeres porque se sienten de otra manera. Algunas de estas personas se vuelven transgéneros, que es cuando la identidad de género es la contraria al sexo dado al nacer.

Transexual se refiere a aquellas personas que optan por alterar sus cuerpos hormonalmente o a través de cirugías para ponerse en corcordancia con su identidad sexual. La orientación sexual, por otra parte, se refiere a la atracción física y romántica, es decir qué tipo de personas les atrae, ya sea personas del mismo sexo, de otro sexo, bisexuales o ahora, neutros.

Algunos optan por abandonar el nombre que le fue dado al nacer y lo cambian por alguno más neutro como Rocko y hacen que los demás se refieran como "ellos" en plural o "ze" como un indefinido, una mezcla del inglés she o he, aunque se trata de un él o un ella.

El año pasado se aprobó en Australia el género neutro, que se agrega al femenino, masculino y transgénero que ya figuraban como casilleros legales. Si bien para avalar el género neutro no se pide en ese país un certificado de insania, es necesario que el discurso médico ratifique que, en algún momento de su vida, el o la solicitante de esa nominación sexual, haya pasado por una cirugía o “la alteración de los órganos reproductivos".

La decisión de la corte australiana fue motivada por el proceso entablado por una persona, Norrie May-Welbi, que no se identifica como hombre ni como mujer, y reclamaba la creación de una tercera categoría, la de "género neutro". Norrie, que sólo utiliza ese nombre, nació siendo hombre pero en 1989 se sometió a una operación de cambio de sexo. La cirugía no logró resolver su problema de identidad sexual.

Desde hace años y sobre todo a partir de algunos casos emblemáticos, investigadores han hablado y escrito sobre un tipo de género que no sería ni el masculino ni el femenino, basándose en una variedad de factores a considerar como la anatomía, las hormonas, los cromosomos y hasta los sentimientos.

Hoy en día, cada vez más estudiantes se aferran a la idea de que debería haber más de dos opciones cuando se habla de género, algo ya presente en el sitio de citas por Internet OkCupid y hasta en el portal social Facebook, que además de femenino y masculino, da la posibilidad de incluir otras variantes (hay 50 opciones entre las que están, transexual, pangénero, andrógino, agénero, etc).

Hay universidades como Vermont que están a la cabeza y planean avanzar en temas políticos para lograr la validación de lo que ellos llaman el tercer sexo. La universidad de Vermont le permite a los estudiantes elegir su propia identidad sexual, hasta su primer nombre, más allá de que haya sido o no cambiado legalmente. También pueden elegir el pronombre con el que quieren que se los llame. Toda esa información queda registrada en su archivo.

Ya son muchas las universidades, Penn State, University at Albany, University of Chicago, University of Wisconsin, Milwaukee y University of California, Riverside que se proclaman como espacios de libertad sexual y cuentan desde hace años con centros estudiantiles para gays y lesbianas, con instalaciones sanitarias para neutros en muchos casos.

Identificarse como genderqueer es una oportunidad de auto-inventarse y de liberarse de las expectativas y mandatos de vestimenta y conducta que otorga el sexo de nacimiento o el opuesto. Es poder elegir en cada momento cómo vestirse o comportarse, dejar en algunos momentos salir más la parte femenina o la masculina. Hasta ahora, unas 100 universidades permite que sus estudiantes y en algunos casos sus empleados, puedan elegir su primer nombre.

La Asociación Americana de Registros Estudiantiles y las Oficinas de Admisiones de las Universidades han diseñado un grupo de trabajo para elaborar una lista de las mejores estrategias para manejar los archivos y legajos de los estudiantes transgéneros.

Los jóvenes que tienen problemas de aceptación e identidad sexual, tienden a padecer cuadros depresivos debido a los trastornos de identidad, tanto que según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, tienen más del doble de intentos de suicidios que sus pares heterosexuales. Por ese motivo, para algunos educadores, esto puede ser una cuestión de vida o muerte.

“Algunas personas reducen este tema a un grupo de jóvenes que quieren parecer 'cool' o actuar raro o diferente, pero existe gente que está profundamente disconforme con su género de nacimiento o con ambos géneros asignados...cualquier cosa que podamos hacer para que se sientan más seguros , reconocidos, escuchados y entendidos, lo deberíamos hacer. Al validar su identidad podemos incluso salvarles la vida", dijo Robyn Ochs, educadora y oradora.