Este contenido ha sido archivado y puede no estar actualizado

Maldita cocaína

Se calcula que uno de cada seis norteamericanos ha probado la cocaína antes de llegar a los 30 años y el 7% la ha probado antes de haberse graduado de la secundaria. Pero hay esperanzas: los últimos descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro y los efectos de la cocaína nos ofrecen una oportunidad de hacer algo.
Las peligrosas metanfetaminas
Crédito:Thinkstock

Una droga de temer

La cocaína es una droga estimulante ilegal, altamente adictiva, que afecta el sistema nervioso central. Produce una sensación de goce y estimula la producción en el cerebro de sustancias relacionadas con el placer. Sin embargo, los efectos de esta droga sobre mente y cuerpo suelen ser muy serios o incluso mortales.
La terrible realidad de la heroína
Crédito:Thinkstock

Síntomas de intoxicación

Los principales síntomas de intoxicación con cocaína son agitación, dilatación de las pupilas, sensación de euforia, aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial. Con dosis altas, se puede presentar sudoración, temblores, confusión, hiperactividad, convulsiones, accidente cerebrovascular, latidos cardíacos irregulares y hasta llegar a la muerte repentina.
Famosos que murieron de sobredosis
Crédito:Thinkstock

Una droga con historia

Si bien tuvo su furor en la década de los 80 y 90, la cocaína se utilizaba ya a principios del siglo pasado para crear tónicos que trataban enfermedades, mientras que la sustancia pura, el clorhidrato de cocaína, se ha consumido por más de 100 años. Originalmente se extrajo de la planta de coca, siendo Colombia el país con más cultivo.
Crédito:Thinkstock

En la lista de peligrosas

Es una de las drogas clasificadas bajo la Lista II (“Schedule II”) de la Ley sobre Sustancias Controladas, lo que significa que tiene un gran potencial para ser abusada, pero que puede tener ciertos usos médicos legítimos, como por ejemplo anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oídos y garganta.
Crédito:Thinkstock

Nombres de la calle

Se vende en la calle como un polvo blanco, fino y cristalino, con los nombres de coca, nieve, talco y dama blanca en español, mientras que en inglés se utilizan los términos “coke”, “C”, “snow”, “flake” y “blow". Muchas veces viene mezclada con maicena, talco o azúcar. Algunos adictos la combinan con la heroína en lo que se conoce como "speedball".
Crédito:Thinkstock

Sus formas químicas

Existen dos formas químicas de la cocaína: la sal de clorhidrato (que es soluble en agua y es la que se inhala) y los cristales de cocaína o base, conocida en inglés como “freebase” o crack (que no son solubles en agua y se fuman).
Crédito:Thinkstock

Cada vez pide más

El cerebro del cocainómano, al ser expuesto repetidamente a la droga estimulante comienza a adaptarse a la misma y la gratificación ficticia e inmediata se vuelve menos intensa. Así, el adicto desarrolla un grado de tolerancia cada vez mayor, con lo cual deberá consumirla con más frecuencia para obtener el mismo placer que cuando recién comenzó a usarla.
Crédito:Thinkstock

Te puede "enloquecer"

La cocaína produce la necesidad de consumir en forma repetida y en dosis cada vez mayores, lo que puede causar un estado de irritabilidad, inquietud, persecución (paranoia) y hasta episodios de locura y desconexión con la realidad. Al aumentar la dosis o la frecuencia del consumo, también aumenta el riesgo de sufrir efectos psicológicos o fisiológicos adversos.
Crédito:Thinkstock

Consecuencias letales

La inhalación regular de cocaína puede causar una pérdida del sentido del olfato, hemorragias nasales, problemas al tragar, ronquera y una irritación general del tabique nasal. Si se ingiere, puede causar gangrena grave en los intestinos porque reduce el flujo sanguíneo. Si se inyecta quedan marcas de pinchazos y lastimaduras
Crédito:Thinkstock

A nivel físico

A corto plazo, el consumo de cocaína produce la contracción de los vasos sanguíneos, dilatación de las pupilas, aumento en la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y la presión arterial. En cantidades mayores, el llamado "high" se intensifica y puede llevar a un comportamiento extravagante, errático y hasta violento.
Crédito:Thinkstock

Cambios cerebrales y sociales

Como ocurre con cualquier droga, la adicción a la cocaína es una enfermedad compleja que involucra cambios biológicos que se pueden observar en el cerebro así como innumerables problemas sociales, familiares y del entorno del adicto, quien muchas veces no puede sostener una actividad laboral estable.
Crédito:Thinkstock

Un abordaje en equipo

Para la recuperación de la adicción a la cocaína debe haber un tratamiento integral e incluir terapia individual, grupal, combinados con intervenciones conductuales y farmacológicas. La adicción a la cocaína viene muchas veces combinada con otras adicciones a las drogas y el alcohol.
Crédito:Thinkstock

Para evitar recaídas

La terapia cognitiva-conductual ha resultado ser efectiva para prevenir las recaídas. Este tipo de terapia se centra en ayudar a las personas adictas a abstenerse, reconociendo las situaciones de peligro e implementando una serie de estrategias para manejarlas y así mantenerse abstinente del consumo de cocaína y otras sustancias.
Crédito:Thinkstock

La ciencia a favor

Con el avance de estudios genéticos, que permiten evaluar el peso de la herencia en el tema adicciones y la tecnología que permite identificar imágenes cerebrales y los cambios que produce ésta y otras drogas, incluso han registrado las imágenes cerebrales del deseo por la sustancia, los científicos están trabajando para crear nuevas estrategias en el tratamiento de las adicciones.
Crédito:Thinkstock

Dónde pedir ayuda

Si deseas obtener más información sobre la adicción a la cocaína y otras drogas y obtener materiales gratuitos tanto en inglés o como en español puedes ir a la página del Instituto Nacional contra el Abuso de Drogas o llamar al 1-877-643-2644 o1-877-NIDA-NIH.
Crédito:Thinkstock