El cuerpo necesita fibras, proteínas y grasas, sin embargo, algunos alimentos que los contienen pueden tardar en descomponerse y significan un trabajo duro para el sistema digestivo, sobre todo en personas que se están recuperando de una enfermedad, están bajo tratamiento médico o tienen problemas estomacales.
La digestión comprende la mezcla de los alimentos, su paso a través del tracto digestivo y la descomposición para transformarlos en energía. Comienza en la boca, cuando masticamos y comemos, y termina en el intestino delgado. Pero no todos los alimentos se digieren de la misma forma, entérate cuáles son los más ligeros:
Tostadas
Es un alimento fácil de digerir y puede ser un básico en una dieta liviana. Es eficaz para disminuir las náuseas y reducir la acidez estomacal y la diarrea. Pero no todas las tostadas son iguales, según el caso, se puede optar por algunas sin gluten, integrales o de harina común. Eso sí, conviene evitar consumirlas con mantequilla.
Arroz blanco
Este grano constituye una buena fuente para cubrir las necesidades de energía del cuerpo. Se recomienda en casos de problemas estomacales, o para recuperarse tras una enfermedad o tratamiento, preferentemente sin aceite ni mantequilla.
Específicamente las sopas o caldos claros, como el de pollo, vegetales o carne de res con algunas verduras, aportan potasio y sales que ayudan al cuerpo a recuperarse. Además, se digieren de forma muy ágil.
Bananas
Son una buena fuente de carbohidratos y la mayoría de las personas las pueden digerir fácilmente. También son una opción saludable porque proporcionan al cuerpo una dosis de potasio, mineral que suele perderse durante episodios de diarrea o bajo ciertos tratamientos específicos, por ejemplo, en la quimioterapia.
Pollo a la plancha
Es una buena fuente de proteína magra que ayuda en la reparación del organismo y se digiere con facilidad. Tampoco contiene fibra, eso lo convierte en una buena opción para personas con problemas digestivos. Lo mejor es consumir el pollo sin piel, horneado o a la parrilla, y no frito.
Compota o puré de manzana
La compota es una alternativa para incorporar fruta fácil de digerir, y es parte de una dieta ligera. Pero debido al alto contenido de fibra, puede provocar problemas digestivos en algunas personas. Por ello, en muchos casos el puré de manzana es una mejor opción, aún más fácil de procesar.
Huevos
Aportan proteínas y minerales que ayudan a mantener el cuerpo sano. Los huevos revueltos son suaves, simples y se descomponen fácilmente, y eso los hace aptos para las personas que están superando un virus estomacal o un episodio de náuseas. Tanto la clara como la yema son generalmente bien toleradas y de digestión rápida.
Cuando se las consume sin cáscara son una buena fuente de potasio y fibra soluble, ésta última es esencial para agilizar el proceso digestivo y puede aumentar las bacterias buenas en los intestinos, lo que contribuye a mantener la microbiota equilibrada.
Avena
Es el cereal con mayor proporción de grasa vegetal, con un 65% de grasas no saturadas y un 35% de ácido linoleico. Posee carbohidratos de fácil absorción y minerales, como sodio, potasio, calcio, y fósforo. Además, es baja en calorías.
Gelatina
Liviana, ligera y refrescante, suele ser la primera de la lista del médico, ya que es de fácil absorción y aporta azúcares saludables. Los profesionales de salud recomiendan a las personas en recuperación o con problemas digestivos recurrir a las dietéticas.
Otras opciones
Además de alimentos, existen muchas bebidas que pueden facilitar el proceso digestivo. Los especialistas destacan el té negro o verde, las sodas claras con sabor a jengibre, las bebidas para mantenerse hidratado, como el Pedialyte, o el jugo de ciertas frutas, como el de arándanos o uvas.
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Institutos Nacionales de la Salud, Medical News Today.