Equinoterapia, el poder de los caballos en la salud

La equinoterapia, también conocida como hipoterapia, es un método terapéutico que utiliza al caballo, las técnicas de equitación y las prácticas ecuestres desde una perspectiva interdisciplinaria para lograr la rehabilitación, integración y desarrollo físico, psíquico y social de personas con capacidades diferentes.

En la equinoterapia se aprovecha el calor, impulsos rítmicos y movimiento multidimensional del caballo para estimular los músculos, las articulaciones y el sistema neurosensitivo y así poder tratar diferentes tipos de afecciones físicas, emocionales o psíquicas. Para explicarlo mejor consultamos a la Dra. Martha Sada Madero, Directora General de la Fundación Centro Equinoterapia Vida a Galope, A.C. en la Ciudad de México.

A Hipócrates, el padre de la medicina, se le atribuye la primera anotación sobre los beneficios de la equitación para la salud. Sin embargo, fue después de la 1ra Guerra Mundial que se empezó a emplear en los tratamientos de rehabilitación de los soldados. A nivel fisiológico, el caballo pone a nuestro servicio tres características:

La temperatura del caballo puede alcanzar hasta los 38ºC lo que ayuda a distender y relajar los músculos y ligamentos. “Se ha comprobado que el efecto relajante persiste hasta 6 horas después de una clase”, refirió la especialista. Además, a nivel psicoafectivo remite inconscientemente a las experiencias en el seno materno.

Los impulsos rítmicos del lomo del caballo al montarle se transmiten al cinturón pélvico, a la columna vertebral y a los miembros inferiores del jinete, generando reacciones de equilibrio y de enderezamiento del tronco. Mediante el movimiento es posible activar nuevas áreas neuronales para compensar las que pudiesen estar dañadas, favoreciendo la neuromotricidad.

“El jinete camina sentado”. El andar a caballo equivalente al patrón fisiológico de la marcha humana, de esta forma ejerce gran influencia para que se desarrolle coordinación y la estabilización del tronco y cabeza. “Durante la monta, el patrón de movimiento se graba en el cerebro y logra automatizarse con el tiempo”, resaltó Sada Madero. Esto es ideal para pacientes con parálisis cerebral.

La equinoterapia es recomendable para personas con problemas motores y psíquicos, para personas con parálisis cerebral, esclerosis múltiple, síndrome de Down, autismo, deficiencias de la coordinación psicomotriz, problemas conductuales de atención, concentración y de lenguaje, estrés, entre otros, mencionó la especialista.

Dentro de la equinoterapia se emplean dos métodos, el pasivo y el activo. En la primera, el paciente se adapta al movimiento del caballo, sin ninguna acción de su parte, aprovechando el calor corporal, los impulsos rítmicos y el patrón de movimiento del caballo. De la forma activa, se añade la realización de ejercicios neuromusculares para estimular en mayor grado la normalización del tono muscular.

En ella se hace un análisis de la coordinación psicomotriz, control de la postura erguida, simétrica, equilibrio y movimientos, si están faltos de tono, son débiles o, por el contrario, están excesivamente tensos. En las personas con columna inestable, luxación de cadera o de las primeras vértebras del cuello está contraindicado.

La equinoterapia no es sólo subir al caballo y pasear, mientras el caballo marcha sin trotar ni galopar, comienza la etapa de los ejercicios, en la que se adoptan distintas posturas dependiendo del tipo de estimulación que se necesite como sentarse de frente, de espaldas y recostarse sobre el lomo del caballo, se hacen estiramientos y otros ejercicios, destacó.

Mejora el equilibrio, la movilidad y la postura y regula el tono muscular. No hay máquina que trabaje tantos músculos simultáneamente. Al mejorar la postura, el jinete tiene una espina dorsal más eficiente y las instrucciones que manda al cerebro son de mejor calidad. Y con los ejercicios se obtienen excelentes resultados en cuanto a la relajación, elasticidad, estimulación sensorial y aumento de la estimulación del sistema circulatorio.

Al montar en el caballo se aprovecha la temperatura corporal del equino, que combinada con las posturas apropiadas permite que el animal suministre un masaje apropiado al paciente, lo que se complementa con una serie de ejercicios de respiración y físicos que estimulan el cerebro, para que éste desprenda endorfinas.

“Al establecer un vínculo emocional con el caballo, los niños con problemas de concentración comienzan a ganar confianza y poco a poco el cerebro se va enfocando en tareas por periodos más largos, y eso se lleva luego a su vida cotidiana”, comentó la especialista.

Marcelo fue un bebé prematuro que tiene un ligero atraso en sus funciones motoras y gracias a la equinoterapia, según nos contó su mamá, su vida se ha transformado, de ser un niño apagado, ya se levanta de su cuna, brinca, está muy activo y comenzó a decir sus primeras palabras. “En todos lados me habían dicho cosas muy terribles, incluso que no iba a poder caminar y aquí fue al revés, me dieron muchas esperanzas”, señaló.

La Fundación Centro Equinoterapia “Vida a Galope” A.C., fundada y dirigida por la Dra. Martha Sada Madero, se especializa en equinoterapia y da terapia a niños y adultos discapacitados de bajos recursos, becándolos con los donativos deducibles de impuestos. Para más información visita el sitio: http://www.vida-agalope.org.mx/.