El cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer mejor estudiados, por lo que se ha comprobado con mayor certeza que medidas pueden resultar de ayuda para prevenirlo o evitar que regrese. Entre los hábitos saludables recomendados se haya la actividad física, el control del peso, y una buena alimentación. Aquí te mostramos los alimentos que demostraron ser beneficiosos contra el cáncer de mama:
1. Té verde
Distintos estudios coincidieron con que beber té verde ayudaría a prevenir o retardar el crecimiento del cáncer de seno, gracias a su alto contenido en polifenoles, sustancias antioxidantes que protegen contra el daño celular. La epigadocatequina galato, sería la sustancia química responsable de su efecto anticancerígeno y de modificar el metabolismo de los estrógenos.
Al ginseng siberiano, también conocido como eleuterococo, se le considera un adaptógeno, es decir, que ayudan al cuerpo a adaptarse a los diferentes factores que causan estrés. Se cree que los componentes de la hierba se unen a los receptores de estrógeno y progesterona y bloquean la actividad tumoral, además, estimularía la producción de las células T responsables de destruir las células cancerosas.
3. Soya
La soya mostró un efecto protector, pero, para prevenir el cáncer de mama, los expertos informan que lo ideal sería agregar a la dieta una cantidad moderada (entre 20 y 60 g. por día). Tampoco se recomiendan los suplementos de isoflavonas purificadas, ya que no se sabe si tienen los mismos efectos que la soya entera.
En la medicina tradicional china, el astrágalo se usa en el tratamiento de varias enfermedades, entre ellas los trastornos del sistema inmunológico. Aunque sus propiedades anticancerígenas no se han demostrado de forma contundente, se cree que mediante la activación del sistema inmune el astrágalo ayudaría a prevenir el desarrollo de células cancerosas.
5. Cacahuate
Consumir regularmente cacahuates o maní (aproximadamente 30 g. al menos una vez a la semana) reduciría significativamente el riesgo de padecer cáncer de mama en comparación con las personas que no lo hacen. Los investigadores señalan que esto se debería a sus antioxidantes, ácidos grasos benéficos y sustancias flavonoides.
Se dice que el uso de la uña de gato data de la civilización inca, donde se cocía la corteza y la raíz para obtener un brebaje que ayudaba a estimular el sistema inmune, y con ello, proteger al cuerpo del daño celular causado por la inflamación. Actualmente, distintos estudios refieren que la uña de gato inhibe la proliferación de células de cáncer de mama hasta en un 90%.
Era usado como un medicamento mucho antes de ser utilizado como alimento o condimento. Diferentes estudios demográficos muestran que existe una relación entre el aumento del consumo de ajo y una reducción en el riesgo de ciertos tipos de cáncer, entre ellos el de mama. Sus efectos protectores derivarían de sus propiedades para bloquear sustancias que causan cáncer y mejorar la reparación del ADN.
Aun su potencial está en investigación, pero la evidencia preliminar indica que ayudaría a prevenir el crecimiento del cáncer de mama. La silimarina, uno de sus componentes principales, es un antioxidante que protege a la célula de los daños producidos por los radicales libres que pueden aumentar el riesgo de esta enfermedad.
9. Muérdago europeo
Se ha utilizado para tratar el cáncer en Europa desde la década de 1920, e incluso hoy en día se utiliza en esta región, especialmente en países como Alemania y Suiza. Existe buena evidencia de que estos extractos pueden afectar el sistema inmunológico, sin embargo, estos efectos no se traducen necesariamente en un tratamiento eficaz contra el cáncer.
10. Cúrcuma
La cúrcuma ha sido usada desde tiempos ancestrales en la medicina asiática para tratar diferentes dolencias, y, según indican distintas investigaciones, uno de sus compuestos, la curcumina, es capaz de inhibir el avance de tumores cancerosos al detener el crecimiento de los vasos sanguíneos que los irrigan.
El brócoli posee una importante cantidad de compuestos con propiedades anticancerígenas. Entre los más estudiados se haya el betacaroteno, diindolilmetano, glucorafanina, isotiocianatos, selenio, sulforafano, las vitaminas A, C y E, y ciertos aminoácidos. La mayoría de los trabajos que analizaron sus efectos, encontraron resultados positivos para el cáncer de mama, pero aún son preliminares.
Tiene propiedades fenólicas y polifenólicas que se asociaron en diferentes estudios con un menor riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer. También existe buena evidencia que relaciona al hidroxitirosol, otro componente del aceite de oliva, con un menor riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas.
Si bien estos alimentos se mostraron prometedores según los resultados de muchas investigaciones, la mayoría de los especialistas aseguran que la prevención del cáncer de mama no se trata de consumir un alimento específico, sino incorporar hábitos alimentarios sanos y equilibrados. Estos deben complementarse con ejercicio, descanso suficiente, y chequeos médicos regulares.
Fuentes consultadas
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional del Cáncer, Sociedad Estadounidense del Cáncer.