Qué alimentos debes evitar si tienes hipotiroidismo

Los productos grasosos, procesados, de soja, azucarados, o alimentos que pertenecen a la familia de las crucíferas, comparten algo en común: los especialistas recomiendan evitarlos si sufres de hipotiroidismo, ya que son ricos en ácidos cafeico, clorogénico, elágico y litio, por lo que interfieren en la producción de hormonas tiroideas. Vamos a repasar esto en profundidad.
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La tiroides es una glándula endocrina en forma de mariposa ubicada en el cuello, justo arriba de la clavícula. Controla el metabolismo del cuerpo, su temperatura y el procesamiento de las calorías. Si el nivel de las hormonas tiroideas es anormal, se puede tener problemas para mantener un peso saludable o regular muchas de las funciones del organismo.

Cuando los niveles de hormona tiroidea están bajos, los procesos corporales comienzan a funcionar con lentitud. Puedes notar que sientes más frío y te fatigas fácilmente, que tu piel se reseca o sufrir estreñimiento. Los cambios inexplicables en el peso son uno de los síntomas más evidentes de que la tiroides funciona mal.
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El hipotiroidismo también se asocia a dolor articular y muscular, cabello delgado y seco, períodos menstruales intensos o irregulares, problemas de fertilidad, baja frecuencia cardíaca, episodios de depresión y rostro hinchado. También puede ocurrir un bocio, o agrandamiento de la tiroides que puede hacer que el cuello se vea hinchado, muchas veces dificultando respirar o tragar.

Qué se aconseja comer

Muchos minerales resultan útiles para favorecer el correcto funcionamiento de la tiroides, entre ellos se destaca el yodo, zinc, cobre, hierro y selenio. Podemos encontrarlo en alimentos como cereales integrales, semillas, huevos, setas, frutos secos, jengibre, pescados y carnes magras, espinacas y acelga. También hay opciones que debes evitar:
Alimentos para una tiroides saludable

Alimentos procesados

Aquí hallamos, por ejemplo, las galletas o bocadillos envasados, que además de alterar la producción hormonal, son importantes fuentes de sodio. Según advierten los especialistas, un mal funcionamiento de la tiroides junto a una ingesta elevada de sales puede aumentar el riesgo de hipertensión. Recuerda verificar el contenido de sodio en las etiquetas, y no consumir más de 1.500 mg diarios.

Productos grasosos o fritos

Los profesionales aconsejan controlar o evitar el consumo de mantequilla, mayonesa, cortes grasos de carne o embutidos, ya que existe evidencia que señala que podrían entorpecer la capacidad de la tiroides para producir hormonas, o la del organismo para incorporar los medicamentos que reemplazan su función.
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Productos azucarados

Aunque intentar reducir o eliminar por completo los productos azucarados que aportan muchas calorías y nada de nutrientes siempre es una recomendación de los nutricionistas, bajo estas circunstancias cobra un mayor peso. Esto se debe a que pueden favorecer el hipotiroidismo, ralentizando el metabolismo y favoreciendo el aumento de peso.

Cafeína

Si bien se necesitan más estudios para respaldar esta advertencia, se halló que tomar medicamentos para la tiroides con productos que contengan cafeína, especialmente el café, bloquearía su absorción por parte del organismo. Los expertos recomiendan consumir estos fármacos siempre con agua, y esperar entre ½ y una hora antes de tomar cualquier infusión.
El lado bueno de beber café

Crucíferas

En esta categoría encontramos la rúcula, coles de Bruselas, repollo, coliflor, brócoli, nabos o rábanos. Aunque popularmente son reconocidos como vegetales saludables, distintos estudios mostraron que al digerirlos se puede bloquear la capacidad de la tiroides para utilizar yodo, un mineral que es esencial para su correcto funcionamiento. Por eso, se aconseja comerlos con prudencia.

Soya

Aunque durante años se aconsejó evitar los productos de soya por sus efectos negativos sobre la función de las hormonas tiroideas, recientes investigaciones explican que estos intervendrían modestamente. Por eso, recomiendan que, si se desea consumirlos, se lo haga con una diferencia de hasta 3 horas con la ingesta de los medicamentos, y se consulte previamente a un médico.
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Cuando consultar al médico

Todos deben examinar el funcionamiento tiroideo cada cinco años, a partir de los 35 años, según recomienda la Asociación Estadounidense de la Tiroides. Sin embargo, las personas con síntomas o factores de riesgo pueden necesitar exámenes con mayor regularidad. El grupo más vulnerable son las mujeres mayores de 60 años.

Fuentes consultadas

Asociación Estadounidense de la Tiroides, Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU.