6 enfermedades de las que debes cuidarte en invierno

El frío intenso y permanecer mucho tiempo encerrados en ambientes cerrados son dos factores que pueden propiciar enfermedades respiratorias. Estar en lugares cerrados con más frecuencia permite que los virus pasen más fácilmente de una persona a otra, y el aire frío y seco puede debilitar las defensas.
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Toses, estornudas, tu nariz está irritada y bien podría ser un resfriado común o algo aún más grave y contagioso. Un equipo de especialistas de Johns Hopkins Community Physicians elaboró una guía para que aprendas a reconocer estas enfermedades, ayudar a diagnosticar y tratar lo que te aqueja.
Tengo gripe, ¿debo ir al doctor?

1 Resfriado comun

Es la afección clásica del invierno: tu nariz y garganta están infectadas y tal vez tus oídos, por eso tienes dolor de garganta, secreción nasal, malestar y algo de fiebre. Puedes haberlo pescado si alguien tosió o estornudó cerca de ti o si tocaste una superficie contaminada. No hay cura, pero descongestionantes, pastillas para la tos y antihistamínicos pueden aliviar los síntomas en pocos días. Descansar y tomar líquidos también ayuda.
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2. Gripe

Boca, nariz, garganta y pulmones están infectados y te puedes haber contagiado por restos del virus en el ambiente o tocar superficies contaminadas. Estornudas, toses, te sientes agotado, tienes fiebre y dolor en el cuerpo y te duele la cabeza. Reposo, líquidos y medicamentos aliviarán los síntomas y, en casos graves, te pueden recetar antivirales como Tamiflu o Relenza para reducir el riesgo de complicaciones. Consulta al médico si los síntomas
¿Será gripe o resfriado?

3 Bronquitis aguda

Tus bronquios se inflaman y se produce demasiada mucosidad. Es posible que sea consecuencia de un resfriado o del virus de la gripe o de que hayas inhalado bacterias. Eres particularmente susceptible a tener bronquitis si fumas o tienes alergias, sinusitis o amígdalas o adenoides agrandadas.
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Seguramente te sientes como si no pudieras dejar de toser y puedes tener dolores y molestias, escalofríos, dolor de cabeza, secreción nasal, dolor de garganta, falta de aliento, ojos llorosos y sibilancias. Un humidificador, un medicamento para la tos y analgésicos pueden aliviarte. Los síntomas pueden desaparecer en dos semanas, pero la tos puede durar un par de meses.

4. Bronquitis crónica

La bronquitis se considera crónica si tienes una tos que produce mucosidad al menos tres meses al año, dos años seguidos. Probablemente es consecuencia de fumar, pero los irritantes como la contaminación del aire también pueden ser los culpables. Cerca de nueve millones de estadounidenses cada año son diagnosticados con bronquitis crónica.
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Esta afección puede menguar y fluir, pero no va a desaparecer. Si tienes una tos que dura más de tres semanas, produce moco con sangre o está emparejada con fiebre, consulta al médico: el tratamiento temprano reduce el riesgo de daño pulmonar y alivia los síntomas para que puedas respirar con facilidad.
Sube tus defensas y evita enfermedades

5. Neumonía

Ocurre cuando tus pulmones están infectados y los sacos de aire se llenan de pus y otros líquidos. Es causada por virus (en un tercio de los casos) y por bacterias u hongos que se inhalan. Aunque la mayoría responde bien al tratamiento y se recupera en una a tres semanas, puede ser muy grave e incluso mortal.
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Los síntomas varían e incluyen confusión, fiebre, tos que produce moco, sudor excesivo, escalofríos, falta de apetito, respiración y pulso rápido, falta de aliento y dolor punzante en el pecho que empeora con la tos o la respiración profunda. Consulta al médico si tu tos empeora o no mejora, hay pus, tienes fiebre persistente de más de 102 grados, escalofríos o te duele el pecho al respirar.
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6. Tos ferina

Esta es una infección bacteriana muy contagiosa y grave que afecta principalmente a bebés y niños pequeños. Es causada por la bacteria Bordetella pertussis, que se propaga al toser, estornudar e incluso respirar. Suele comenzar como un resfriado común, pero progresa hasta transformarse en ataque de tos, a la par de fiebre, estornudos, secreción nasal y ojos llorosos.
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Consulta a un médico si sospechas que tienes tos ferina (si no se trata a tiempo, puede conducir a neumonía y otras complicaciones). Esta afección está en aumento, ya que cada vez menos niños reciben la vacuna.