Nuestro cuerpo es una máquina perfecta y sincronizada que responde a los estímulos, al combustible que le cargas y al mantenimiento que le realizas. No existen fórmulas secretas para mantenerlo sano, sino una serie de hábitos sencillos que todos podemos seguir. Tal vez es una buena idea comenzar el 2018 con un plan que vaya en ese sentido: el de cuidar tu salud. Toma nota…
1. Haz ejercicio
Es tan importante hacer ejercicio regularmente que 1 de cada 20 casos de enfermedad cardíaca y 1 de cada 12 muertes prematuras se podrían prevenir si todo el mundo cumpliera con las recomendaciones de realizar al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a intensa por semana.
La actividad física mantiene la salud cardíaca, activa la circulación, reduce el nivel de azúcar en sangre (que lleva a la diabetes), nivela la presión arterial, mantiene la mente más lúcida, te libera del estrés y fomenta el buen estado de las articulaciones y músculos.
Según las Guías Alimentarias Oficiales: 1) Consume una variedad de verduras de todos los colores e incluye legumbres y guisantes. 2) Come frutas enteras. 3) Consume granos enteros. 4) Incluye productos lácteos bajos en grasa. 5) Come alimentos con proteínas, incluyendo mariscos, carnes magras y aves de corral, huevos, productos de soya, nueces y semillas, e incluye aceites vegetales.
La obesidad está relacionada con al menos 10 enfermedades, por eso es importante alcanzar un peso saludable y mantenerlo. La opción recomendada por los expertos es alejarse de las dietas shock que prometen perder muchas libras en poco tiempo, y en cambio, practicar hábitos saludables (como cambiar las sodas por agua o reducir las grasas) y mantener este plan de por vida.
Los supuestos beneficios asociados con beber se relacionan específicamente con el consumo “moderado”: es decir una sola copa al día para las mujeres y hasta dos para los hombres. En el caso del vino, una copa equivale a 5 onzas. Aunque hay evidencias sobre los beneficios del vino para el corazón, el problema es que para muchas personas, es difícil tomar una sola copa.
Muchas enfermedades graves y potencialmente mortales pueden responder mejor a los tratamientos y evitar complicaciones mayores si se detectan a tiempo. Por eso es vital hacerse los chequeos anuales recomendados, visitar al dentista cada 6 meses y controlarse la presión arterial.
Reemplazar las sodas y bebidas alcohólicas por agua es una de las medidas más saludables que puedes tomar. El agua es necesaria para el perfecto funcionamiento de todo el cuerpo. Los expertos recomiendan beber de 6 a 8 vasos al día, pero debes tener en cuenta las infusiones y sopas que consumes, que también aportan agua.
Tener lazos de amistad positiva y duradera, y dedicar tiempo a la vida social, nos vuelve más saludables, porque libera tensiones y crea un marco de contención. En un estudio con 270,000 personas, se halló que los amigos influyen más que la familia en el bienestar de una persona. Y se vuelven cada vez más importantes para la salud y la felicidad a medida que la gente envejece.
Una buena noche de sueño no sólo deriva en un día a pleno y sin sensación de cansancio: no dormir lo suficiente se relaciona con enfermedades como la diabetes, problemas cardíacos, obesidad y depresión. Puede provocar accidentes de todo tipo, que causan lesiones y discapacidades. Dormir lo necesario no es un lujo, es algo que las personas necesitan para mantener su buena salud.
9. Desayuna bien
Tener un desayuno completo y equilibrado mantiene nivelada la glucosa (azúcar en sangre) y ayuda a regular la función cardíaca. Una investigación de 2017 señaló que no desayunar puede traer aparejados riesgos de salud tales como obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Por el contrario, tener un desayuno balanceado disminuye el riesgo de sufrir ataques cardíacos a lo largo de los años.
10. No fumes
El cigarrillo es el enemigo número uno de la salud pública del país. Fumar cigarrillos es la causa principal de enfermedades y muertes evitables, y representa más de 480,000 muertes cada año en EE.UU. Así que la decisión más inteligente es dejar de hacerlo, para lo cual existen diversas alternativas y campañas federales que pueden ayudarte.
11. Limita los dispositivos
Además de generar adicción, estrés, ansiedad y dolores articulares, los dispositivos electrónicos emiten una radiación lumínica que producen dos fenómenos: afectan el período natural de sueño, y lo reducen a niveles peligrosos. Además, la luz azul del monitor atrasa tu reloj biológico, que se manifiesta en un sueño más tardío en las noches siguientes.
12. Pasa tiempo al aire libre
Muchas personas pasan poco tiempo al aire libre durante el día, y luego se acuestan tarde, con los ojos puestos en las luces artificiales de las pantallas luminosas de sus dispositivos móviles, y no pueden dormir. Entonces, una buena receta para dormir y sentirse bien, es pasar más tiempo en contacto con la naturaleza, que también fomenta el vínculo social y familiar, y reduce el estrés.
13. Se bondadoso
Las personas generosas tienden a tener una mejor salud, y hay evidencia científica de que gastar dinero en otros puede ser tan eficaz en la reducción de la presión arterial como la medicación o el ejercicio. "Además, hay una asociación positiva entre ayudar a los demás y la esperanza de vida, tal vez porque ayudar a otros reduce el estrés, lo que alargaría la vida” dijo Philippe Tobler, de la Universidad de Zurich, en Suiza.
14. Practica técnicas mentales
El auge de las técnicas mentales como la meditación o respiración profunda, no se da sólo porque brindan sensación de bienestar, sino porque también ayudan a mejorar la salud en general. Por ejemplo, se puede aprender a controlar el dolor, se reduce la diabetes, la presión arterial y se mantiene en forma el desempeño mental.
15. Reduce el estrés
Cuando el estrés es sostenido e interfiere en las actividades cotidianas generando otros problemas de salud, es imperioso consultar a un especialista para comenzar a reducirlo. El estrés puede fomentar desde la caída del cabello hasta obstruir la función hormonal, alterando todo el desempeño normal del cuerpo. No dejes que este factor se dispare sin control.
Fuentes consultadas
Asociación Americana del Corazón (AHA), Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), Organización Mundial de la Salud (OMS), Personal Relationships, Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Universidad de Zurich, Suiza.