Muchos de ellos estuvieron en la lista de los más saludables por décadas, como la leche, y ya no están. Otros se promocionan como “ligth” y tienen ingredientes no declarados. Y hay algunos que comemos sin pensar, porque en nuestra mente suenan “sanos”. Entérate de cuáles no deberían tener el halo mágico.
1. La leche
Siempre estuvo muy alto en prestigio y nutrición, pero algunas cosas han cambiado. En setiembre de 2013, la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, eliminó a la leche de vaca de la lista de alimentación saludable, la cual según su guía “Healthy Eating Plate”, debería ser sustituida por agua.
En esa guía los expertos señalaron que los altos niveles de grasas saturadas que contienen los lácteos y los componentes químicos de su producción, los ha convertido en un alimento que sería mejor evitar: el alto consumo de estos productos aumentaría el riesgo de cáncer de próstata y de ovarios.
Es verdad que tienen fibras, pero no dicen que tienen: suero (sobrante de la leche en la elaboración del queso) y proteínas de soya añadidas. También contienen muchos edulcorantes, incluyendo alcoholes de azúcares que pueden causar malestares estomacales, y jarabe de maíz de alta fructosa.
Nadie imagina que puede reemplazar una barrita por un sándwich, éstas parecen más inofensivas. Pero cuidado, "Muchas barras tienen las mismas calorías y proteínas que un sándwich de pavo", dijo Carol De Nysschen, de SUNY Buffalo State. "Algunas tienen hasta 289 calorías” agregó. Algo que muchos no saben.
Consumer Reports analizó en 2013 todas las barras proteicas e informó que pueden parecer saludables, pero que hay grandes diferencias en la nutrición. Las Calorías oscilan desde 90 hasta 270 por porción; la grasa, de 2 a 9 gramos; los azúcares, de 2 a 20 gramos y la fibra, desde menos de 1 gramo a 9 gramos.
3. Las bebidas deportivas
Solemos creer que son refrescos sanos, que colaboraban en la recuperación frente al ejercicio físico, o que mejoran el rendimiento deportivo, pero no es verdad. Lo asegura un macroestudio publicado en British Medical Journal de 2012, que indica que las grandes empresas de refrescos estarían engañándonos.
En 104 productos analizados -donde se incluyó a Gatorade, Lucozade y Powerade- sobre datos de la Universidad de Oxford, se evidenció la carencia de estudios científicos que respalden sus promesas en el 97% de los casos. Y se halló que las botellas de medio litro de Gatorade Perform, contienen 30 gr de azúcar (casi 8 cuchararitas).
Lo peor es la popularidad de estas bebidas entre los niños: según un estudio de la Universidad de Yale, una cuarta parte de los padres de EE.UU. cree que las bebidas deportivas son saludables para sus hijos. Aunque la Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños y adolescentes no las tomen.
4. El pan integral
Los productos con granos enteros son altos en fibra dietética, un nutriente esencial. Pero pon atención, porque hay muchos panes integrales que no lo son: les han dado el color artificialmente. Elige el pan y otros productos con etiquetas que digan “cereales integrales”. O aún mejor, “cereal integral 100%”.
5. El yogur griego
Un alimento que se ha puesto muy de moda en las dietas, y al que lo rodea una especie de mito de que es más que saludable que los comunes y que lo puedes consumir sin límites, pero no: tiene un alto contenido calórico, por lo que debes moderarte. Y de todos estos yogurts, es mejor la opción natural.
Tienen mucha azúcar añadida, de otro modo no estarían espesas. Lo malo es que estos dulces también tienen varios endulzantes. Así que hasta las que son light tienen mucha azúcar escondida: hasta 12 gr por porción, además del contenido de fructosa. Lo ideal es buscar una versión natural libre de azúcar.
La versión baja en grasa no es recomendable: tiene casi las mismas calorías que la mantequilla regular, pero más azúcar añadida. Puedes elegir las mantequillas naturales, que no contienen sal agregada, prepararla en forma casera u optar por la versión regular y consumir sólo 2 cucharaditas al día.
8. Endulzantes artificiales
Crees que es más sano que el azúcar, y sin embargo, sus efectos a largo plazo son una gran incógnita todavía: los médicos de todo el mundo no se han puesto de acuerdo sobre cuál es la dosis aconsejable. Por eso, es recomendable utilizar azúcares naturales, como miel o azúcar morena.
9. Palomitas de maíz
¿Tan inofensivas como livianas? No tanto. Debes fijarte en la etiqueta, ya que varía mucho de un producto a otro. En cuanto a grasa, van desde 1.5 hasta 11 gr por porción, y en azúcar, de 1 a 16 gr. Las palomitas hechas con aire, sin sabor ni aceite, son las más saludables. Fuente: Consumer Reports.
10. Productos sin grasas trans
Pueden dar lugar a confusión, y los sustitutos también son motivo de preocupación: algunos fabricantes usan aceite de palma, muy poco saludable. Otros usan aceite de soya, y si bien ninguno de los sube los niveles de colesterol, aún no se sabe cuál es el impacto a largo plazo. Fuente: Consumer Reports.
¿Qué se puede hacer?
A la hora de elegir comidas preparadas sin grasas trans, busca las que contengan menor cantidad de grasa saturada. Revisa bien la lista de ingredientes de estos productos, y si contienen aunque sea cantidades pequeñas de "aceite vegetal parcialmente hidrogenado", asegúrate de limitar el consumo.