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El dilema de las mamás: ¿leche materna o fórmula?
Por HolaDoctor
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La pregunta del millón
Una madre siempre procura lo mejor para su hijo, pero en medio de las desiciones siempre surgirá la duda: ¿será lo mejor para mi bebé? Ante los avances científicos, uno se cuestiona si aún sigue siendo la opción la leche materna o mejor optar por las nuevas y mejores fórmulas. La respuesta en esta fotogalería.
Desde bebés
Así como nos comenzamos a desarrollarnos dentro del vientre materno y éste nos proporciona las condiciones necesarias para crecer, después del parto es sumamente importante la etapa de lactancia del recién nacido, ya que es de la leche materna de quien obtiene los nutrientes necesarios para poder seguir creciendo.
Cifras no gratas
Desafortunadamente y a pesar de las múltiples ventajas y nutrimentos que contiene la leche materna, en México, la tasa de lactancia ha disminuido dramáticamente en los últimos años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sólo 1 de cada 7 mujeres amamanta los primeros 6 meses.
Hay muchas razones por las que ha bajado el índice de lactancia en este país, algunas de las principales es que las madres no son orientadas por sus médicos después del parto, por lo que es más fácil para ellas comprar y suministrarle fórmulas lácteas a sus bebés, privándolos de las riquezas de su cuerpo.
Autoridades han querido encontrar una razón que justifique esta baja asegurando que el problema está relacionado con anuncios publicitarios de 2 marcas de fórmulas lácteas bien posicionadas entre la sociedad, Nestlé y Mead Johnson, las cuales son promocionadas por los médicos y en las guarderías.
El buen ejemplo
Potencias como Brasil y EE.UU., siempre se han manifestado en pro de la leche materna; tan sólo en la Unión Americana el porcentaje de madres que amamantan a sus hijos hasta los 6 meses incrementó de 11% en 2007 a 16% en 2012.
No todo es tan malo
No hay por qué satanizar las fórmulas lácteas, pues a madres que han sufrido traumatismos, hospitalizaciones prolongadas, alguna enfermedad; la fórmula láctea les beneficia, pues ayuda a que sus hijos se nutran; sin embargo no contiene todos los nutrimentos de la leche materna.
Las fórmulas lácteas para bebés están hechas de forma que se modifican los tipos de nutrientes y calidad de la leche de vaca, para que sea lo más parecida a la materna, se adapte a la poca madurez digestiva y renal del recién nacido y no le cause complicaciones.
Nuevos caminos
La industria de estas fórmulas cada día muestra nuevos avances, como la cooperativa Nekutli, que en compañía del Instituto Nacional de Pediatría, desarrollan un producto hecho a base de agave azul, para mejorar la salud y evitar problemas futuros en el bebé.
Por otro lado, la leche materna juega un papel muy importante en el desarrollo de los bebés, no sólo por el hecho de que sea producida por la propia madre, sino que cuenta con los porcentajes exactos de proteínas, vitaminas, minerales, lactosa y grasas que necesita el pequeño para un crecimiento adecuado.
Comparada con la leche de vaca, la leche que produce una mujer en periodo lactante es mucho más rica, ya que contiene más lactosa, menos sales, proteínas, caseína, albumina y globulinas, y tiene el mismo contenido de grasa. Estos componentes hacen la fórmula perfecta para el desarrollo.
Existe un elemento que hace la gran diferencia en beneficios de la fórmula láctea y la leche materna: el calostro, una secreción serosa y amarillenta, que se produce en las glándulas mamarias durante los últimos días del embarazo y en los primeros días de lactancia.
La vital importancia que radica en el calostro es la cantidad de nutrientes con que dota al recién nacido, entre proteínas, grasas y carbohidratos, de inmunoglobulinas que fungen como su primer sistema inmunológico, además de linfocitos (proteínas que estimulan la médula ósea de los huesos largos).
Además de los nutrientes, amamantar a los bebés brinda una serie de beneficios tanto al bebé como a la madre, por ejemplo: en el primer mes, el niño desarrollará con éxito su habilidad para comenzar a chupar y a detenerse, al igual que dormir y despertar con más facilidad.
Entre los 3 y 4 meses el bebé comenzará a babear más y pondrá numerosas veces la mano en su boca al igual que objetos desconocidos, por lo que es necesaria una atención especial para evitar cualquier tipo de incidentes que se pudieran lamentar. Informó el Instituto Nacional de Salud.
De los 4 a los 6 meses es la etapa final del periodo de lactancia recomendado por la OMS, y es en este periodo en que los bebés introducirán múltiples objetos a su boca, se habrá dado cierta madurez a su estómago, por lo que podrá comenzar a degustar alimentos sólidos, como cereales y purés.
Existen beneficios que se verán sólo a largo plazo, y como lo enuncia la Oficina para la Salud de la Mujer en EE.UU., en las mujeres tiene grandes ventajas, pues disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas y degenerativas que causan la muerte como la diabetes tipo 2, cáncer de seno, de ovario y la depresión posparto.
Cuando sea mayor
Una de las mejores ventajas para los lactantes es que al crecer se reduce en ellos el riesgo de padecer diabetes tipo I y II, infecciones en el oído, virus estomacales, dermatitis atópica, leucemia infantil, obesidad, asma, infecciones respiratorias, diarrea y enterocolitis necrozante (enfermedad que afecta el tracto gastrointestinal).
Un gran ahorro
Los gobiernos también salen ganando cuando de lactancia se trata, ya que les ahorra gastos de atención médica, pues un bebé que fue amamantado es menos propenso a enfermarse, lo que representa un gran ahorro en consultorio médico, prescripciones y hospitalizaciones por enfermedad.
De la naturaleza para la naturaleza
Una de las formas de cuidar el ambiente también consiste en la lactancia, porque se emiten menos desechos plásticos, no se produce tanta basura de los botes de fórmulas y lo mejor es que no se arrojan tantos restos de biberones, algo que la misma naturaleza agradece.