El síndrome del colon o intestino irritable es un problema digestivo molesto y muchas veces mal diagnosticado e incomprendido. Aquí puedes conocer los síntomas frecuentes y cómo aliviarte con remedios naturales y cambios en el estilo de vida.
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Síntomas que varían
Si bien es molesto, este trastorno que afecta al intestino grueso no causa inflamación ni daño permanente. Los síntomas más comunes son dolor abdominal, distensión, cólicos, gases excesivos, mucosidad en las heces y constipación o diarrea. Los signos varían y pueden cambiar incluso en la misma persona por períodos.
Debido a que muchas veces este problema es incomprendido, puede provocar depresión, ansiedad y otros problemas psicológicos. Muchas personas padecen trastornos mentales y síndrome de colon irritable. La pregunta es cuál se presentó primero, pero, en todo caso, los antidepresivos no son una cura para esta enfermedad gastrointestinal.
Qué tratamientos existen
Pueden ser diferentes de una persona a la otra porque los síntomas son distintos. Generalmente, los médicos indican cambios en la alimentación y actividad física. Actualmente, no hay un fármaco específico para tratarlo, pero si tienes este trastorno, prueba con estas alternativas naturales sugeridas por los especialistas:
Algunos alimentos y bebidas pueden desencadenar los síntomas, ya que, por ejemplo, suelen causar irritación o gases. Los más comunes son los alimentos ricos en carbohidratos, como panes, pizza, o arroz, los picantes o grasosos, los productos lácteos, la cafeína y el alcohol.
2. Más fibra
Cuando el síndrome de colon irritable causa constipación, lo ideal es sumar más fibra. Esta favorece la digestión, al agregar volumen a las heces y favorecer su movimiento por el intestino. Puedes encontrar fibra en los frijoles, frutas, productos de avena, productos integrales y en muchos vegetales.
Una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno y la cebada, llamada gluten, puede dañar el revestimiento del intestino delgado. La mayoría de los cereales, granos, pasta, y muchos alimentos procesados lo tienen. Algunas personas con síndrome de colon irritable tienen más síntomas después de comer gluten, a pesar de que no tienen enfermedad celíaca.
4. Consume más probióticos
Puedes consultar a un médico por el consumo de probióticos. Generalmente vienen en forma de suplementos dietéticos, aunque también se hallan en jugos, leche fermentada, yogur o kéfir, yogur de soya, tofu, queso y col fermentada. Consulta a un profesional sobre la cantidad de probióticos que debes tomar y durante cuánto tiempo.
La carga de estrés y el nerviosismo de las responsabilidades diarias puede originar o exacerbar los síntomas del síndrome de colon irritable. Por eso los médicos recomiendan implementar un plan de ejercicio de intensidad moderada a intensa, durante al menos 150 minutos semanales. Si no puedes cumplirlo, puedes complementarlo con actividades más leves, como caminar regularmente.
6. Terapias de salud mental
Las opciones utilizadas para tratar el síndrome de colon irritable incluyen: terapia cognitivo-conductual, que se enfoca en ayudarte a cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento para mejorar los síntomas, hipnoterapia dirigida al intestino, y relajación, que puede ayudarte a distender los músculos abdominales y reducir el estrés.
Muchas veces el círculo vicioso de dormir mal lleva a estar ansioso, estresado, y hacer malas elecciones alimentarias. Todo esto puede agudizar los síntomas del síndrome de colon irritable, por eso, se aconseja establecer rutinas de sueño e intentar dormir entre 7 y 8 horas diarias.
8. Prueba diferentes infusiones
El té de menta, una de las hierbas más virtuosas para los problemas estomacales, podría aliviar los malestares provocados por el síndrome de colon irritable. Otras hierbas recomendadas, y que la tradición ha transformado en opciones efectivas, son la melisa, salvia, semillas de hinojo o anís.
Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA), Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales.
