La otitis es un problema bastante común entre los niños, que también pueden padecer los adultos, y muchas veces se relaciona con los resfriados. Pero ¿cuáles son los tipos que existen? ¿cómo se tratan? ¿qué secuelas producen? Aquí puedes conocer las respuestas médicas y despejar todas tus dudas.
¿Cuáles son los síntomas?
Entre los tipos de otitis más comunes se encuentra la otitis media aguda, externa o del nadador, donde el oído se infecta con líquido y mucosidad que no pueden salir, provocando dolor. Otra es la otitis media serosa o con derrame, que se produce después de una infección, cuando queda líquido y mucosidad dentro del oído que le impide luchar contra nuevas infecciones.
Al nadar, ducharte o lavarte los oídos muy a menudo, puede ingresar demasiada agua, eliminar el cerumen y facilitar el crecimiento de gérmenes. También se puede producir al lesionar la piel del conducto por introducir un objeto. Las afecciones de la piel y las bacterias de productos del cabello también pueden provocar esta infección.
Cuando se tiene un resfriado es posible que el oído medio produzca líquido como lo hace la nariz, y un conducto que se llama trompa de Eustaquio, que normalmente permite que el líquido drene del oído medio, se inflama. Esto da lugar a que las bacterias o los virus infecten su recubrimiento.
Si las trompas de Eustaquio se obstruyen, el oído no puede drenar el líquido. Si crecen bacterias en el líquido del oído medio, un derrame puede convertirse en una infección del oído medio (otitis aguda). Esto aumentará la presión detrás del tímpano y provocará mucho dolor, y es posible que sea necesario tratar con antibióticos.
Los síntomas más comunes de una infección aguda del oído son dolor y fiebre. Si tu hijo es demasiado pequeño para decirte qué le duele, es posible que llore o se tire de la oreja. Es probable que también esté irritable o indiferente, tenga problemas para escuchar, o no tenga ganas de comer ni dormir.
Causas de la otitis media con derrame
Es posible que los niños padezcan más otitis que los mayores. Esto se debe a que las trompas de Eustaquio de ellos son más cortas y estrechas que las de los adultos. Se estima que la mayoría de los niños tendrá al menos una infección del oído antes de cumplir los 3 años.
Quiénes tienen más probabilidades de padecer otitis son los niños que están cerca de personas que fuman o han tenido infecciones del oído previas, tienen antecedentes familiares de infecciones del oído o van a la guardería, nacieron en forma prematura o con bajo peso, tienen resfriados frecuentes, llevan el biberón a la cama, son varones o usan chupete.
Tratamiento
Si el médico piensa que la infección es provocada por bacterias, es posible que recete un antibiótico (recuerda que estos no funcionan para infecciones provocadas por virus). Es muy importante seguir las instrucciones del medicamento para prevenir cualquier riesgo. Los analgésicos como acetaminofén e ibuprofeno pueden calmar el dolor y reducir la fiebre.
Nunca des aspirina a tu hijo, ya que se ha asociado con el síndrome de Reye, una enfermedad grave que puede provocar la muerte. Otra ayuda para aliviar el dolor puede ser una almohadilla térmica tibia (no caliente) sostenida sobre el oído, o gotas para el oído, que deben ser indicadas por el médico.
Consejos para sanar pronto
La otitis de nadador o externa no es difícil de tratar, pero se debe mantener el oído lo más seco posible por 7 a 10 días. Para ello, utiliza una bola de algodón para protegerlo mientras te bañas, no nades ni practiques deportes acuáticos, y no te coloques nada, excepto los medicamentos recetados. Rascarte y frotarte también puede empeorar esta afección.
¿Cómo prevenir la otitis?
Algunos niños parecen tener muchas infecciones del oído. Si tu hijo ha tenido 3 infecciones en 6 meses o 4 en 1 año, es posible que el médico sugiera que tome una dosis baja de antibiótico todos los días, por lo general, durante el invierno, cuando estas infecciones son más comunes.
Para evitar la otitis del nadador no coloques cosas en el conducto auditivo (hisopos de algodón, el dedo, clips, líquidos o aerosoles), no toques el cerumen (si crees que afecta tu audición, consulta al médico), y mantén los oídos lo más secos posible, puedes usar una toalla para secar bien después de ducharte.
Fuentes consultadas:
Asociación Estadounidense de Médicos de Familia, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.