No se necesitan tener miles o millones de billetes verdes para sentirse afortunado. Ayudar a quienes más lo necesitan, además de ser un acto de bondad, también enriquece el espíritu y la vida de las personas más allá de lo que puedas imaginar.
Y es que dar sin esperar nada a cambio es benéfico tanto para la salud mental como para el bienestar en general, ya que mejoran la confianza, la felicidad y el optimismo de las personas, explica la Fundación para la Salud Mental del Reino Unido.
Contribuye a una mejor sociedad
Además, al dar la mano al necesitado se puede generar una cadena de acciones similares que contribuyen a tener una sociedad positiva y por consiguiente se promueven valores como la bondad, el agradecimiento, el respeto, la generosidad y la humildad.
Del mismo modo, involucrarse en la vida de otras personas, conocer sus problemas, limitantes y condiciones en las que viven, “nos lleva a ver la vida desde otra perspectiva, a valorar y a ser agradecido con lo que tenemos”, comenta el psicólogo mexicano Ramón Fuentes López.
Corazón sano y contento
Y si lo anterior no fuera suficiente, hacer el bien también favorece a tu corazón. Investigadores de la Universidad de Columbia, en Reino Unido encontraron que las personas que se dedican al altruismo reportan menos problemas cardiacos a diferencia de quienes no son voluntarios o no están en causas similares.
Por otra parte, las personas con corazón altruista tienen vidas más largas, al menos así lo concluyeron investigadores de la Universidad de Michigan tras seguir por cuatro años los informes clínicos de 3,376 personas seleccionadas al azar.
Menos estrés
Según Sara Konrath, autora principal del estudio, preocuparse por el prójimo “desactiva las respuestas al estrés y activa hormonas, como la oxitocina, que restauran la función fisiológica”. Esto se traduce en un estado de mayor calma y serenidad que se transmite en otras actividades.
Las personas altruistas también tienden a beneficiarse más del efecto placebo o el efecto sugestivo de curación sin necesidad de ningún tipo de medicinas, según un estudio publicado en la revista Neuropsychopharmacology.
Llénate de gratitud
Mostrar gratitud también es una forma de sentirse mejor. Y qué mejor forma de alcanzarla que dando tiempo, esfuerzo o dinero a otras personas. Un estudio de la Universidad de Harvard halló que quienes demuestran esta conducta suelen ser menos pesimistas y están gran parte del tiempo de buen humor.
No necesitas una fortuna
Existen una variedad de asociaciones civiles sin fines de lucro dispuestas a ayudar. Los intereses son diversos, desde llevar alimentos a las personas en condición de calle, cuidar enfermos o salvar animales. ¡Elige lo que más te guste!
Aunque en este tipo de proyectos se invierte tiempo y dedicación, al final, no hay paga más gratificante que ver una sonrisa pintada en el rostro de las personas, recibir una palmada o una palabra de gratificación por haber servido de gran ayuda.