Debes consultar con un proveedor de atención médica acerca de cómo cuidar tus articulaciones. Agacharse o abrir el refrigerador para tomar un refresco es fácil y lo hacemos de forma automática porque nuestras articulaciones nos lo permiten. Pero cuando no funcionan bien el cuerpo se vuelve rígido, como si fuéramos muñecos de madera.
Sangrados espontáneos
A medida que envejecemos las articulaciones van sufriendo un desgaste y aumenta el riesgo de sufrir lesiones. En las personas hemofílicas, el peligro es mayor, por eso tienen que tomar recaudos especiales para protegerlas ya que pueden sufrir sangrados espontáneos, advierte Frankly.net, un sitio dedicado a los cuidados de hemofilia.
La articulación es la zona donde confluyen dos huesos. El extremo de cada uno de ellos está cubierto por una superficie suave llamada cartílago. Los huesos están sostenidos por una cápsula articular recubierta por la membrana sinovial, que está llena de capilares o vasos sanguíneos diminutos. Esta membrana segrega una sustancia oleosa y resbaladiza que ayuda a que la articulación se mueva con facilidad y sin dolor.
Una buena noticia
Si se produjera un sangrado abundante en una articulación es importante pedir ayuda en forma inmediata, ya que podría sufrir daños irreversibles. Pero hay una buena noticia: se puede ayudar a preservar la salud de esta parte tan importante de nuestro cuerpo. Entérate cómo.
Mantente activo
Algunas personas con hemofilia suelen evitar la actividad física por temor a lastimarse o tener complicaciones, explica el profesor y PhD Michael Harman de la Universidad de Texas en Forth Worth. Pero la enfermedad no impide estar activo si se busca una forma segura de hacer ejercicio.
Un entrenador especializado
Si tienes hemofilia consulta a un terapista o entrenador familiarizado con la enfermedad para que te diseñe un programa de actividad física. El mismo debe incluir ejercicios de estiramiento, entrenamiento de resistencia y de equilibrio y actividad aeróbica.
Estiramiento
En caso de hemofilia es importante tener flexibilidad muscular para que las articulaciones puedan moverse libremente. Cada estiramiento debe hacerse en forma lenta y mantener por al menos 30 segundos. Pero hay que detenerse si se siente dolor en las articulaciones o excesiva tensión muscular.
Músculos fuertes, articulaciones sanas
Las articulaciones tienen músculos y ligamentos que las recubren y protegen, por eso tenemos que cuidar ambos para evitar una atrofia muscular o la baja densidad ósea. Las articulaciones de la rodilla y el codo permiten la movilidad de las extremidades hacia atrás y adelante. El codo, la cadera y el hombro lo hacen en varias direcciones.
Precauciones extremas
En casos de hemofilia moderada y severa el sangrado espontáneo puede iniciarse aun sin haberse lastimado. Por eso quienes padecen la enfermedad,incluso los más jóvenes, tienen que tomar precauciones especiales.
Entrenamiento de resistencia
El Dr. Hartman explica que ayuda a fortalecer los músculos, estabilizar articulaciones y mejorar el rango de movimiento, lo cual reduce el riesgo de sangrado. Se debe hacer 2 o 3 veces por semana con un día de descanso entre cada una, en sesiones de 20 o 30 minutos que comprendan los grandes grupos musculares.
Recuerda las siglas R.I.C.E.
Si llegaras a sangrar busca ayuda de inmediato y sigue las instrucciones que te haya dado tu médico sobre la reposición de factor coagulante. Y recuerda la sigla RICE: la R de rest, por descanso en inglés, la I de ice o hielo en inglés, la C de compresión y la E de elevación.
Algunos consejos
Para quitar presión y hacer que descanse la zona afectada puedes usar muletas o una banda ortopédica. Para aplicar frío utiliza packs de hielo y para la compresión, una venda elástica. Para la elevación, trata que la parte lesionada quede a una altura equivalente a la del corazón.
En algunas, más sangrado
El lugar más común para el sangrado son las articulaciones de la rodilla, el tobillo y luego el codo, aunque es posible que haya sangrado en cualquiera de las articulaciones, explica Susan Shannon, coordinadora del Programa de hemofilia del Jonathan Miller Children’s Hospital, en Long Beach, CA. Las rodillas y los codos particularmente corren un alto riesgo porque son bisagras que solamente se mueven hacia adelante y hacia atrás.
Más cuidados: haz ejercicio aeróbico
El ejercicio aeróbico mejora la salud del corazón, aumenta la resistencia y ayuda a mantener un peso saludable. Lo ideal es hacer 30 minutos diarios de actividad física moderada, evitando los deportes de contacto como fútbol, boxeo y lucha. Si puedes intenta nadar, correr, andar en bicicleta o remar.
Mejora tu equilibrio
Ayuda a tener una buena coordinación, y con ello reducir el riesgo de caídas o lastimaduras. Pueden servir ejercicios sencillos como mantenerse parado en un solo pie u optar por clases de tai chi, yoga o Pilates. Lo importante es cuidar bien la técnica para optimizar la actividad y evitar lesiones.
Cuidado con lo que comes
No hay alimentos, vitaminas o suplementos capaces de curar la hemofilia. El consumo excesivo de algunas sustancias, por ejemplo suplementos de omega 3, puede ser contraproducente si se tiene esta afección. Por eso es importante consultar con el médico.
Las compresas calientes pueden ser útiles para aliviar los dolores articulares para personas sin hemofilia. Pero el calor dilata los vasos sanguíneos y permite el paso de un mayor caudal de sangre, que puede producir hemorragias más abundantes. Esto es contraproducente para personas con hemofilia.
Analgésicos con precaución
Si hay dolor articular se pueden consumir analgésicos, pero algunos de ellos como la aspirina y el ibuprofeno pueden interferir en la coagulación. Por eso conviene consultar con el equipo médico que te atiende y diseñar un plan personal para el manejo del dolor.
Qué es la hemofilia
La hemofilia es una afección hemorrágica en la que la sangre no coagula de manera adecuada. Quien la padece tiene poco o nada de factor de coagulación, unas proteínas que junto a las plaquetas, ayudan a producir la coagulación normal de la sangre. En Estados Unidos se registran unos 400 casos anuales y afecta a 1 de cada 5,000 bebés varones.
¿Cómo se adquiere?
El gen de la hemofilia es hereditario. Si el padre tiene hemofilia y la madre no, ninguno de los hijos varones la tendrá pero todas las hijas serán portadoras del gen. Una mujer portadora tiene un 50% de probabilidad de que su hijo tenga esa afección y de que su hija sea portadora. Una mujer puede tener hemofilia solo si su padre tiene hemofilia y su madre es portadora.