Hay dolores tan intensos que llevan a la desesperación, a intentar de todo con tal de frenarlos. Hay dolores que tienen que ver con procesos del cuerpo, y otros que son infringidos por seres humanos. Curiosamente, también los hay buenos, ya que funcionan como un aviso. Un recorrido por los dolores más comunes en el país y las terapias para superarlos.
Provocar el dolor
La tortura, ese acto de someter a una persona al dolor extremo para arrancarle una confesión, fue y es (aunque no aceptada públicamente) una técnica extendida en todo el mundo. Y las diferentes formas de tortura han sido aplicadas también como pena corporal a los culpables de delitos. Pero hay otras clases de dolor, los que se originan en nuestro propio cuerpo.
Es una sensación desencadenada por el sistema nervioso. Puede ser el ardor de una quemadura momentos después de que tu dedo toca la estufa. O un dolor sordo en el entrecejo al terminar un día de estrés. Actualmente el dolor es un problema científico, social y económico de primera magnitud, causante de alrededor del 80% de las consultas médicas.
Trae un mensaje
En su forma más benigna, nos avisa que algo no está bien, que debemos tomar medicamentos o ver al médico. En el peor de los casos, el dolor nos quita productividad, bienestar, y para quienes sufren de una enfermedad prolongada, la vida. Es una percepción compleja que difiere mucho de una persona a otra, aún en enfermedades idénticas. (Institutos Nacionales de Salud, NIH).
Puede ayudar a diagnosticar un problema. Sin dolor, podrías lastimarte gravemente sin saberlo o no darte cuenta de que tienes un problema médico que requiere tratamiento. Una vez que el problema se trata, el dolor suele desaparecer. Sin embargo, a veces el dolor continúa durante semanas, meses o años. Esto se conoce como dolor crónico.
Dolores más comunes: 1. Dolor de cabeza
Afecta a millones de estadounidenses. Los 3 tipos más comunes son las migrañas, un dolor punzante a veces con otros síntomas como náuseas y dificultades visuales; las cefaleas en racimos, descriptas como un dolor atroz y penetrante de un lado de la cabeza y las cefaleas por tensión, que se sienten como una banda ajustada alrededor de la cabeza, informan los NIH.
Casi todo el mundo tiene dolor de cabeza de vez en cuando pero, cada año alrededor de 1 de cada 10 personas adultas en los EE. UU. experimenta, al menos, uno tan intenso que consulta al médico. El 18% de las mujeres y el 6% de los hombres tienen migrañas en un año determinado, que pueden ser intensas y difíciles de tratar, según un informe de Consumer Reports.
2. Dolor de espalda
Se ha convertido en el alto precio pagado por nuestro estilo de vida moderno y es una causa muy común de incapacidad para muchos estadounidenses activos o inactivos, según informan los NIH. El dolor que se propaga a la pierna se llama ciática y es una afección muy común. Otros dolores están asociados al daño en discos de la columna, o por vértebras fuera de lugar.
Casi 21 millones de estadounidenses sufren de enfermedades artríticas como la osteoartritis, artritis reumatoide, espondilitis anquilosante y gota, que se caracterizan por dolor articular en las extremidades, y es la causa más frecuente de discapacidad en los adultos de EE. UU. según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Este dolor puede ser profundo y presenta un gran desafío para la comunidad médica. Las quemaduras de primer grado son las menos graves, pero en las de tercer grado, se pierde la piel. Dependiendo de la lesión, el dolor por las quemaduras puede ser atroz, y aún después de que cicatrizan, los pacientes pueden tener dolor crónico en la zona.
El dolor es un síntoma común de muchos trastornos que afectan la piel, aún en las erupciones más comunes. Uno de esos trastornos neurológicos es el herpes Zóster, una infección que a menudo causa dolor agonizante. El tratamiento rápido con agentes antivirales es importante para detener la infección.
Son bastante comunes. Las esguinces, torceduras, moretones, dislocaciones y fracturas son palabras muy conocidas en el lenguaje de los deportes. Son a menudo dolorosas y en casos extremos, pueden tomar la forma de lesiones craneanas o daño de la médula espinal: duelen y son costosas, pueden causar sufrimiento e incapacidad graves.
7. Cálculos renales y biliares
Ambos son dolorosos. Los cálculos renales se forman cuando hay un desequilibrio en la concentración de las sustancias químicas en la orina y se forman “piedras” que se depositan en los uréteres. Los cálculos biliares son acumulaciones de sustancias que pueden formarse en la vesícula biliar o dentro de los conductos biliares. En EE.UU., el tipo más común es producto del colesterol alto.
El dolor puede acompañar al crecimiento de un tumor, al tratamiento del cáncer, o a problemas crónicos relacionados con los efectos permanentes del cáncer sobre el cuerpo. Afortunadamente, la mayoría de los dolores del cáncer pueden tratarse para ayudar a minimizar la molestia y el estrés para el paciente, informan los NIH.
Puede variar desde un músculo doloroso, espasmo o torcedura, al problema grave que acompaña a la parálisis. Otro síndrome doloroso es la fibromialgia, caracterizado por fatiga, rigidez, sensibilidad articular y dolor muscular. La polimiositis, dermatomiositis y miositis son trastornos dolorosos caracterizados por inflamación muscular y dolor.
10. Dolor craneal y facial
Puede ser agonizante, ya sea que provenga de problemas dentales o de trastornos como la neuralgia craneal, en la que se inflama uno de los nervios de la cara, la cabeza o el cuello. Otra afección, la neuralgia del trigémino (también llamada tic doloroso), afecta el nervio craneal más grande y se caracteriza por un dolor punzante.
Los analgésicos y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) como la aspirina y el ibuprofén, se indican ampliamente y a veces se llaman analgésicos no narcóticos o no opiáceos. Los opiáceos derivan de la planta de amapola y se encuentran entre las drogas más antiguas conocidas por la humanidad. Comprenden la codeína y la morfina.
Se puede recurrir a terapias alternativas como la acupuntura, la biorretroalimentación, donde se “entrena” al paciente para reconocer las señales previas al dolor, o a la quiropraxia, donde se manipula manualmente la columna en busca de alivio; además de los láseres, magnetos, hipnosis, etc.
La terapia cognitivo-conductual involucra una amplia gama de habilidades de afrontamiento y métodos de relajación para ayudar a prepararse y afrontar el dolor. Y además, se puede recurrir al asesoramiento o grupos de apoyo, que actúan en la contención de la persona que padece y puede ser individual, grupal o familiar.