Estar en un trabajo donde no te sientes a gusto puede ser perjudicial para tu vida profesional y laboral, incluso tu salud puede cargar con las consecuencias. Pero, siendo francos, tomar la decisión de irse no siempre es fácil y puede resultar muy estresante.
Siempre habrá dudas, incluso si has intentado todo para mejorar la situación. Para quienes viven esta incertidumbre, el psicólogo y especialista en desarrollo organizacional Travis Bradberry ha definido varios indicios que pueden ayudarte a saber si llegó el momento de buscar otro trabajo.
1. La compañía está al borde de la quiebra
Las pistas pueden ser obvias, como que se requiera la aprobación de la administración para cualquier gasto o que hagan más reuniones a puerta cerrada. Si sospechas que la empresa está en problemas, puede ser hora de irse.
2. No hay posibilidades de avanzar
Es fácil quedarse atrapado en un trabajo cómodo, más si te gusta lo que estás haciendo. Recuerda que el trabajo debe mejorar tus habilidades y aumentar tu valor como empleado. Si no estás aprendiendo, te sientes estancado y otros obtienen promociones, es una clara señal.
3. Estás fuera del circuito
¿Parece que siempre eres el último en enterarse de lo que pasa en la oficina? Si no te enteras de las reuniones, rara vez te habla la alta gerencia y nunca has oído hablar del gran proyecto que tiene a todos entusiasmados, podría significar que tus jefes no te ven como un colaborador valioso.
Es frustrante trabajar para alguien que es menos experto o conocedor que tú, pero el problema es mucho más profundo: Si no puedes confiar en el líder de tu empresa, vivirás en un constante estado de ansiedad.
5. Tienes un mal jefe que no va a cambiar
Si tienes un jefe malo y es muy querido por la alta gerencia, puede ser hora de irse. Tus días pueden volverse miserables: un gerente de dos caras puede causar estragos en tu carrera al tomar el crédito por tu trabajo o culparte por cosas que salen mal.
6. Temes ir a trabajar
Todos hemos tenido un mal lunes, pero si incluso pensar en tu trabajo te llena de temor, es probable que debas tomar una decisión. No sigas diciéndote a ti mismo que estás teniendo una mala semana, si lo que realmente tienes es un trabajo que no va bien.
7. Perdiste la pasión
Incluso si amas a la compañía, a tu jefe y a tus compañeros de trabajo, no vale la pena el esfuerzo si odias el trabajo. La pasión es un ingrediente necesario. Si no hay entusiasmo o incluso te es indiferente el trabajo, es momento de evaluar tu situación.
8. Tu salud está en juego
No vale la pena que sacrifiques tu salud. El estrés laboral puede provocar depresión, insomnio, dolores de cabeza, enfermedades frecuentes y cosas peores.
Ya sea porque trabajas muchas horas o porque estás estresado, si te sientes miserable cuando vuelves a casa, es hora de irte. Cuando tu trabajo empieza a afectar tu vida personal y no es una situación de momento, es una señal de buscar un cambio.
Si te sientes reflejado en una o varias de estas situaciones y decides irte, sé inteligente, sugiere Bradberry. “No quemes puentes al expresar todas las razones por las que te vas. Eso no logra nada. En lugar de eso, simplemente explica que te vas a buscar otra oportunidad, y despídete con gracia”.