Si bien, el proyecto de ley, aún debe ser ratificado por el gobernador del estado, Andrew M. Cuomo, obligaría a que todos los alumnos matriculados para cursar el séptimo grado en escuelas públicas y privadas, estén vacunados contra la meningitis a partir de septiembre de 2016.
En Estados Unidos, las leyes estatales pueden imponer inmunizaciones obligatorias a los alumnos para que entren a la escuela. Entre las vacunas que se deben acreditar se encuentran la del tétanos, difteria, sarampión, viruela, paperas, rubéola, polio, hepatitis B, tos ferina, varicela y la influenza (flu).
Las vacunas contra la infección por la bacteria Hib (Haemophilus influenzae tipo b), el sarampión, las paperas, la poliomielitis, el meningococo y el neumococo pueden ayudar a prevenir la meningitis.
La meningitis es la inflamación del tejido delgado que rodea el cerebro y la médula espinal, llamada meninge. Existen varios tipos de meningitis. La más común es la meningitis viral, que se adquiere cuando un virus penetra en el organismo a través de la nariz o la boca y se traslada al cerebro. La meningitis bacteriana es rara, pero puede ser mortal. Suele comenzar con bacterias que causan infecciones parecidas a una gripe. Puede obstruir los vasos sanguíneos en el cerebro y llegar a causar un derrame y lesiones cerebrales. También puede dañar otros órganos.
Aunque cualquier persona puede contraer la enfermedad meningocócica, los adolescentes y los adultos jóvenes están en mayor riesgo, toda vez que se puede contagiar con facilidad entre personas que conviven en espacios cerrados y reducidos como escuelas o universidades.
Los CDC refieren que las bacterias que causan la enfermedad meningocócica se transmiten de una persona a otra a través de las secreciones respiratorias (como la saliva, al darse un beso o toser) durante el contacto cercano o prolongado, en especial entre las personas que comparten una habitación o viven en la misma casa.
Las personas pueden ser “portadoras” de las bacterias que causan esta afección sin enfermarse. Ser portador significa que las bacterias viven en la nariz o la garganta de la persona, pero que no invaden su organismo ni hacen que se enferme. Por lo tanto, los portadores no presentan síntomas de la enfermedad meningocócica. Debido a que las bacterias son transmitidas con mayor frecuencia por portadores, la mayoría de los casos de enfermedad meningocócica (97 o 98 de cada 100) parecen ser casos aislados y no se asocian a otros casos.
En la actualidad, los pediatras recomiendan que los niños se vacunen contra la enfermedad meningocócica cuando tengan 11 años y que reciban una dosis de refuerzo a los 16. Esta vacuna se denomina "vacuna antimeningocócica tetravalente" o MCV4. Los niños mayores de 11 años que no hayan recibido la vacuna también deben vacunarse, sobre todo si van a ir a la universidad, un internado o colegio mayor, un campamento u otros entornos donde vayan a convivir con otras personas en espacios cerrados y reducidos.
Los síntomas de la enfermedad meningocócica pueden incluir la aparición repentina de fiebre alta, dolor de cabeza o rigidez en el cuello. La enfermedad puede comenzar con síntomas similares a los de la influenza (gripe), y con frecuencia causa también náuseas, vómitos, aumento de la sensibilidad a la luz, sarpullido y confusión.