Actividades como lanzarse al vacío en paracaídas, subirse a un teleférico o echar un vistazo por la ventana de un avión a miles de metros de altura en el aire, aterran a aquellos que sufren del miedo a las alturas, o acrofobia.
La acrofobia es un “trastorno de ansiedad generalizado y debilitante que afecta quizás a uno de cada 20 adultos”, según los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos.
Algunos psiquiatras sugieren que la fobia es causada por una experiencia traumática, como el haber caído de un árbol o haber visto a alguien caer de un barranco. Pero tampoco se descarta la posibilidad de que la acrofobia sea hereditaria (es decir que pueda pasar de padres a hijos a través de los genes).
Existen algunos medicamentos que ayudan a tratarla, como los antidepresivos, bloqueadores beta y sedantes; pero expertos sugieren que la terapia cognitiva es la mejor manera de superar el miedo a las alturas.
Sin embargo, este tipo de terapias llegan a ser costosas y difíciles de encontrar, ya que requieren la ayuda de un entrenador que acompañe a los pacientes a lugares donde ellos enfrenten sus peores temores —algo muy intimidante— y poco a poco logren superar su miedo.
Ahora, la tecnología ha encontrado otro método más seguro, accesible y con mejores resultados que las otras opciones: la realidad virtual (VR, por sus siglas en inglés).
Terapia con realidad virtual
La diferencia entre la terapia con realidad virtual y las otras alternativas, es que en la realidad virtual los pacientes son expuestos a situaciones sin riesgos, solo ilusiones ópticas. Aunque los visuales aterran a los pacientes, del mismo modo que un precipicio o rueda de la fortuna lo haría en la vida real, ellos entienden que todo es falso y no corren ningún peligro al intentarlo.
“En la realidad virtual los pacientes están dispuestos a someterse a situaciones que los atemorizan en la vida real. Ellos intentan diferentes alternativas porque saben que es una simulación”, explicó un estudio reciente financiado por el Departamento de Salud del Reino Unido.
El estudio analizó los avances de 49 participantes en terapia de realidad virtual durante cuatro semanas (un total de 124.43 minutos de realidad virtual). Luego comparó estos resultados con los de 51 personas en terapia de control grupal. En conclusión, 70% de los participantes que utilizaron la terapia de realidad virtual perdieron su temor a las alturas, mientras que todos los 51 participantes en terapia de control grupal aún sufrían de esta fobia.
Los ejercicios de terapia con realidad virtual se realizaron en la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, Inglaterra, donde los participantes utilizaron simuladores de realidad virtual con audio y controles remotos.
La terapia con realidad virtual no es algo nuevo, de hecho, “la RV se ha utilizado con éxito en los últimos 25 años para evaluar, comprender y tratar los trastornos de salud mental”, explicó el estudio.
Además, los ejercicios de la terapia son casi como jugar un videojuego. Una vez que el paciente se coloca los lentes y audífonos que lo transportan al mundo virtual, el operador, o “entrenador virtual”, da indicaciones de los pasos a seguir para completar los módulos y pasar al siguiente nivel.
Por ejemplo, en un video compartido por la Universidad de Oxford se muestra a los pacientes tratando de recolectar manzanas de la rama de un árbol a una distancia muy alta en el mundo virtual. Y otro ejercicio guía a los pacientes por una plataforma en donde ellos mismos pueden salvar la vida de un gato en problemas.
La RV está siendo adaptada para tratar diferentes tipos de fobias y otros problemas psicológicos, no solo acrofobia. Aunque los lentes de realidad virtual ya son herramientas fáciles de adquirir para muchas personas, es recomendable tener una cita con un grupo experto en la implementación de estas terapias.
El estudio fue publicado por The Lancet.
Fuentes: NHI, Goodtheraphy.org, BBC, Oxford University.