Las diferencias entre diestros y zurdos siguen siendo un enigma, pese a lo mucho que se ha avanzado al estudiarlas. Ahora, una reveladora investigación ha descubierto que las emociones en nuestros cerebros no están organizadas como se pensaba y esto puede afectar la efectividad de los tratamientos para la salud mental a tal punto que hasta podrían empeorar a los pacientes zurdos.
Cientos de estudios han sugerido que cada hemisferio del cerebro alberga un tipo específico de emoción. Las que están relacionadas al acercamiento y compromiso con el mundo -como felicidad, orgullo e ira- viven en el lado izquierdo, mientras que las asociadas con la evasión -como disgusto y miedo-, están en el derecho.
Pero expertos de la Universidad de Cornell encontraron que todos esos estudios se hicieron casi exclusivamente a personas diestras. Daniel Casasanto, profesor de desarrollo humano y psicología en la institución, explica que ese simple detalle echa por tierra muchas creencias: había un sesgo en la comprensión de cómo funcionan las emociones en el cerebro.
Esto se traduce en que en las personas zurdas, el modelo se invierte y este hecho puede tener serias implicaciones en los tratamientos para la depresión y la ansiedad. Si en los zurdos las emociones como el estado de alerta y la determinación se encuentran en el lado derecho de sus cerebros, la terapia neural, que se utiliza para tratar estas afecciones, no estaría funcionando correctamente en estos pacientes.
La terapia se basa en la misma técnica que usaron en el estudio de la Universidad de Cornell: se aplica estimulación eléctrica o magnética en el lado izquierdo del cerebro para alentar las emociones relacionadas con el abordaje.
La investigación de Casasanto sugiere que este tratamiento podría ser perjudicial para los pacientes zurdos, ya que la estimulación en la izquierda disminuiría las emociones de acercamiento a la afirmación de la vida. "Si les das a los zurdos el tratamiento estándar, probablemente los empeorarás", dijo.
Y las implicaciones pueden ir más allá: muchas personas no son ni diestras ni zurdas. En estos casos, la estimulación no hará ninguna diferencia para ellos, porque sus emociones de acercamiento se distribuyen en ambos hemisferios. La ubicación de los sistemas neuronales de las emociones depende de si el individuo es zurdo, diestro o está en un punto intermedio.
De acuerdo a esta nueva teoría, la forma como realizamos las acciones con nuestras manos determina cómo se organizan las emociones en nuestros cerebros. Las emociones de acercamiento dependen del hemisferio del cerebro que controla la mano dominante, y las emociones de evasión en el hemisferio que controla la mano no dominante.
"Esto sugiere que los derechos deben recibir el tratamiento normal, pero ellos constituyen solo el 50% de la población. Los zurdos deberían recibir el tratamiento opuesto, y las personas en el medio no deberían recibir el tratamiento en absoluto", agregó Casasanto.
La investigación se hizo a una muestra de participantes saludables. Dice el autor que necesita trabajar más aún para extender estos hallazgos a un entorno clínico.
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