La visualización, explican los científicos de la Universidad de Exeter, es el resultado de una actividad cerebral en red de diferentes regiones que trabajando juntas permite generar imágenes en la base de nuestra memoria, que nos posibilitan recordar cómo lucían las cosas. Estas regiones incluyen las áreas de los lóbulos parietales y frontal, que organizan el proceso de visualización, junto con las áreas de los lóbulos temporales y occipitales, que representan los ítems que queremos visualizar.
Una inhabilidad para visualizar podría ser el resultado de una alteración de la función de varios puntos de esta red, tal como lo explican las investigaciones del Professor Adam Zeman de la Universidad de Exteter.
Zeman y su equipo, acuñaron el érmino afantasía este año en un estudio publicado en la revista especializada Cortex.
"Las personas que nos han contactado luego de publicar este trabajo, dicen que están felices por el hecho de que esta condición haya sido reconocida y que se le haya dado un nombre porque por años han estado intentando explicarle a los demás que esta rareza existe y que es difícil para ellos explicarla", Zeman dijo en un reportaje a la BBC.
Para el profesor Zeman la afantasía es un problema real y podría estar afectando a una de cada 50 personas. El experto aclara que la condición no es un desorden, asegura que después de sufrir una lesión cerebral, muchas personas reportan haber perdido la habilidad de pensar en imágenes.
"Creo que hace una diferencia importante en sus vidas (reconocer esta condición) porque muchos de nosotros nos pasamos toda la vida con imágenes flotando por nuestra mente que podemos inspeccionar de vez en cuando. Esta es una variabilidad de la experiencia humana", agregó en el reportaje.
"Cuando no podía dormir, mi padrastro me decía que contara ovejitas. Me explicó de que se trataba ese ejercicio para conciliar el sueño, intenté, pero nunca pude lograrlo", cuenta Niel, en un reportaje a la BBC. "No pude ver ninguna oveja saltando por vallas de madera, no había nada que pudiera contar".
El polo opuesto de afantasía sería lo que se denomina hiperfantasía, que son las personas que tienen mágenes visuales desbordantes.
Pero ¿qué pasa con estas personas en relación no a los recuerdos lejanos sino a imágenes que vieron recientemente como el rostro de una persona?
"Cuando pienso en mi novia, explica Niel, no hay una imagen, pero estoy definitivamente pensando en ella. Sé que hoy anda con el cabello recogido, que tiene el pelo castaño".
A algunos esta condición puede traerles sufrimiento ya que por ejemplo en el reportaje se menciona también a una persona que participó en un estudio de afantasía aseguró que había empezado a sentirse "aislada" y "sola" tras descubrir que otras personas podían crear imágenes en sus cabezas.
Para evaluar esta nueva condición, los psicólogos elaboraron un cuestionario para tratar de probar cuán fuerte es la visión mental.
El grupo de profesionales de la Universidad de Exeter ha desarrollado una versión resumida de ese test que te permite ver cómo se compara tu mente con la de los demás.
Los expertos invitan a explicar con cuánta precisión uno puede ver los detalles al evocar la imagen de un amigo o de un familiar que ves con frecuencia ¿con cuánta claridad ves los contornos de su rostro, cabeza, hombros y cuerpo?
Zeman, profesor de neurología cognitiva y conductual de la Universidad de Exeter, Inglaterra, se propuso comparar las vidas y experiencias de persona con afantasía y la condición opuesta: hiperfantasía.
La forma en que imaginamos es claramente subjetiva y personal: una escena muy recordada y vívida para una persona podría ser una imagen muy vaga para otra.
Si sufres de afantasía o hiperfantasía y te gustaría participar en la investigación del profesor Zeman le puedes escribir, en inglés, a a.zeman@exeter.ac.uk