La Sociedad Americana de Medicina de las Adicciones (ASAM, por sus siglas en inglés) ha propuesto una nueva deficinón del problema "adicción", con lo cual pretende aclarar en qué consiste ser adicto, y mejorar los lineamientos para el tratamiento.
Anteriormente, una adicción se definía en relación con una sustancia, como el alcohol, o en relación a un comportamiento, como el juego o el sexo. Pero ahora la ASAM prefiere definir "adicción" en términos cerebrales.
Puntos clave
- Una nueva definición considera las adicciones como desórdenes cerebrales más que como problemas con sustancias.
- Este nuevo enfoque pretende mejorar el tratamiento de la adicción y las políticas que luchan contra ellas.
- Los tratamientos tradicionales facilitan que el paciente sustituya una adicción por otra.
Según explica el Dr. Michael Miller, expresidente de la ASAM, una adicción se produce cuando una sustancia o un comportamiento gratificante "enciende" el sistema de recompensa del cerebro, por lo que la adicción tiene que ver más con este sistema y con estructuras cerebrales que con sustancias y condiciones externas.
Así, uno puede ser tan adicto al juego o a la comida, como lo es a la cocaína o al tabaco, pues todos estos comportamientos y sustancias producen algún tipo de recompensa, lo que puede provocar que el cerebro empiece a buscar la gratificación de manera compulsiva: el cerebro se hace "adicto" a la gratificación y no a la comida, al juego, al tabaco o a la cocaína directamente.
Esta nueva definición tiene como fin mejorar el tratamiento y las políticas que luchen contra las adicciones, explica la ASAM. Se busca que los nuevos tratamientos consideren aspectos psicológicos, psiquiátricos e incluso espirituales, y que no sólo se centren en combatir las sustancias. Al centrarse en las sustancias, los tratamientos actuales facilitan la sustitución de una adicción por otra.
Ésta es la primera vez que la ASAM toma una posición frente al problema al asegurar que una adicción no es sólo relativa al consumo de sustancias.