El consumo de algunos antidepresivos, conocidos como los ISRS, que son inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, durante la primera etapas del embarazo pueden estar asociados con un mayor riesgo de defectos de nacimiento, aseguró un nuevo estudio publicado en la revista científica British Medical Journal . Si bien las asociaciones no son contundentes, los autores aseguran que los riesgos existen y que se necesitan más estudios "para que las mujeres y sus médicos adopten decisiones más informadas sobre el tratamiento para la depresión".
En este trabajo los investigadores estadounidenses y canadienses han entrevistado a una gran cantidad de mujeres y han tomado datos del US National Birth Defects Prevention Study datos de bebés nacidos con defectos de nacimiento para poder establecer o no una asociación.
Ya se han presentado incluso varias demandas legales por malformaciones genéticas que se vinculan con varios medicamentos antidepresivos conocidos como SSRI. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro si eran todos los medicamentos o sólo algunos los que traían problemas, ya que las conclusiones han sido contradictorias.
El estudio reciente, que recabó información de unas 28 mil mujeres y fue llevado a cabo por investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), intentó dilucidar justamente si el riesgo de defectos congénitos afectaba a todo el grupo de fármacos SSRI o sólo a algunos tratamientos de esa clase.
Como parte de este nuevo estudio, los expertos preguntaron a las mujeres si habían tomado Celexa, Lexapro, Prozac, Paxil o Zoloft en algún momento entre el mes previo a la concepción y el tercer mes de gestación, y analizaron qué mujeres dieron a luz bebés con defectos congénitos.
El análisis mencionado incluyó en total 17,952 madres de bebés con defectos de nacimiento y a 9,857 madres de bebés sin defectos de nacimiento, nacidos entre 1997 y 2009. Para sacar esos datos, se excluyeron aquellas mujeres que consumían antidepresivos que no sean SSRI o que tenían antecedentes de diabetes.
El antidepresivo más utilizado, según el reporte, fue la sertalina, pero los investigadores no encontraron relación con los defectos congénitos. Sin embargo, sí observaron dos defectos de nacimiento asociados al tratamiento con fluoxetina: defectos de la pared del corazón y en la forma del cráneo irregular o craneosinostosis. Los expertos también pudieron relacionar otros cinco defectos de nacimiento reportados previamente asociados con el tratamiento con paroxetina, que incluían defectos cardíacos, problemas con el cerebro y la formación de cráneo o anencefalia y problemas en la pared abdominal.
"Aunque nuestro análisis apoya la validez de las asociaciones observadas, el aumento de los riesgos absolutos, si las asociaciones son causales, es pequeño", explicaron en un comunicado.
Por ejemplo, el aumento de riesgo de anencefalia habiendo tomado el antidepresivos aumentaría de 2 por 10 mil al 7 por 10 mil.
Según las autoridades, es necesario "proporcionar orientación acerca de las opciones de tratamiento más seguras durante el embarazo temprano con el objetivo de minimizar el riesgo de defectos de nacimiento durante un tratamiento adecuado de la depresión materna".
El uso de Prozac se pudo relacionar en esta investigación con un defecto congénito en el cual el feto desarrolla un cráneo deforme.
Por su parte, el Paxil se vinculó con una malformación en la que los intestinos del bebé crecen fuera del cuerpo y la anencefalia, que consiste en la falta de cerebro y cráneo.
Cabe aclarar que el análisis de los datos sólo pudo demostrar relaciones entre los fármacos y las malformaciones congénitas, pero no logró probar que los medicamentos causaran los defectos.