Los trastornos de la alimentación pueden afectar a hombres y a mujeres; sin embargo, afectan 2 y ½ veces más a las mujeres. Y aunque suelen aparecer durante la adolescencia o principios de la edad adulta, también pueden presentarse durante la infancia o en la madurez.
Consisten en graves alteraciones en el comportamiento con la alimentación y el control de peso, informa la Academia Americana de Médicos de Familia.
Estos trastornos incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. A la larga, cualquiera de estos trastornos ocasiona graves problemas psíquicos y físicos.
Las primeras señales de alerta
Las primeras señales de la anorexia nerviosa es que alguien delgado piensa que pesa demasiado, incluso cuando está por debajo del peso normal. Puedes detectar las primeras señales en alguien que se obsesiona por las comidas (el conteo de calorías o las etiquetas), porque se pesan una y otra vez, y porque comienzan a medir o reducir las porciones de los alimentos que consumen.
Sin embargo, algunas personas con anorexia nerviosa también pueden tener episodios de atracones seguidos por dietas extremas, ejercicio excesivo, vómitos que ellas mismas se provocan, o uso inadecuado de laxantes, diuréticos o enemas.
Los síntomas típicos de la anorexia nerviosa
- Peso extremadamente bajo
- Alimentación extremadamente restringida
- Intentos constantes por adelgazar y no por mantener un peso normal o saludable
- Miedo intenso a subir de peso
- Imagen corporal distorsionada y autoestima baja, negación de la gravedad de presentar un peso muy bajo
Algunas personas con anorexia nerviosa se recuperan con tratamiento después de un solo episodio. Otras mejoran, pero tienen recaídas, y aún otras tienen una forma más crónica o prolongada de anorexia nerviosa.
“Durante años, no tuve una sola comida adecuada”
Un testimonio revelador
"Desde que tenía 13 años, he tenido problemas para comer. Una vez pasé años sin comer una comida adecuada. Cuando tenía 17 años, ingresé en un hospital de salud mental para adolescentes. Tenía el pelo ralo, mi piel tenía un tinte amarillento y mi corazón apenas latía. Me quedé en la entrada del hospital, con los ojos llenos de lágrimas. Me sentí como si hubiera tocado fondo".
"Pasé un año en ese hospital y fue uno de los más difíciles de mi vida. Mientras subía de peso, me entró el pánico. Tenía tanto miedo de engordar, tanto miedo de perder el control. Pensé que nunca me sentiría completa sin anorexia. Pero un día, me di cuenta de que tendría que enfrentar mi anorexia, o me moriría" dice Hope Virgo.
"Han pasado nueve años desde que me dieron el alta y ahora tengo un peso saludable. Pero mi recuperación no ha sido simple; ha habido momentos en que me sentí lista para recibir nuevamente la anorexia en mi vida. Afortunadamente, pude aguantar y te animo a que hagas lo mismo. Estos son algunos de los pasos que tomé que me ayudaron a lograr la recuperación":
1. Dándome cuenta de que tenía un problema
Aunque vomitaba después de las comidas, vivía de una manzana al día y hacía ejercicio en todas las formas, pensaba que mi vida no era tan inusual. No admití que tenía un problema hasta que llegué al hospital, e incluso entonces, me costó admitirlo.
2. Aprendí nuevas formas de hacer frente a las emociones
Cuando me siento abrumada por las emociones digo "No estoy bien" en lugar de omitir una comida.
3. Buscando ayuda cuando la necesitaba
El año pasado, mi abuela murió después de una larga batalla contra el Alzheimer. Me sentía completamente vacía por dentro y empecé a correr y contar calorías obsesivamente. Después de unos meses, me di cuenta de que estaba cayendo. Sabía que no quería volver a sentirme mal, así que con todo el coraje del mundo, busqué ayuda. Me puse en contacto con mis servicios locales de salud mental y mejoré.
"Nunca pensé que una vida sin anorexia fuera posible, pero aquí estoy, libre de anorexia".
Sé que luchar contra los problemas de salud mental puede ser increíblemente difícil y recuperarse de ellos puede ser aún más difícil. Sé que puede sentirse como una batalla interminable. A veces, puede parecer que la única solución es darse por vencido. Pero no te rindas, sigue luchando. Empuja.
La recuperación es posible y vale la pena luchar por ella. Ponte de pie y sigue luchando.
Hope Virgo, activista de salud mental, autora y embajadora de Shaw Mind Foundation. Su testimonio aparece en la página de NAMI (National Alliance on Mental Illness)
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