6 medidas inteligentes para reducir tus facturas médicas

Cuando tienes que lidiar con facturas médicas abrumadoras, por ejemplo, como resultado de una hospitalización inesperada; una estrategia de la que muchas personas no se percatan es negociar una tarifa reducida. Si las compañías de seguros tienden a pedir enormes descuentos de las tarifas regulares, (y las consiguen), entonces, ¿por qué no hacerlo tú también?

La negociación de las tarifas es más aconsejable que nunca, ahora que el consumidor tiene que asumir costos más elevados de deducibles y copagos. Independientemente de lo que suceda en Washington, esta tendencia probablemente continuará.

6 medidas inteligentes para reducir tus facturas médicas
| Foto: ISTOCK

Según una encuesta de la Fundación Familiar de Kaiser, un 20% de toda persona mayor de 65 años de edad tienen dificultades para pagar sus facturas médicas, al igual que un 30% de adultos que cuentan con empleos y seguro médico. Casi la mitad de los estadounidenses que participaron en la encuesta dijeron que tendrían dificultades para pagar una factura médica inesperada de $500.

A veces uno puede anticipar cuándo se presentará una factura costosa, como por ejemplo, si tu póliza tiene un deducible de miles de dólares. Pero las facturas médicas también te pueden tomar por sorpresa. Una encuesta representativa a nivel nacional realizada en 2015 por Consumer Reports a 2,200 adultos descubrió que el 30% de los estadounidenses con pólizas de seguro privadas habían recibido facturas médicas en la que su seguro cubría menos de lo que anticipaban, por lo que tuvieron que responsabilizarse por el monto restante ellos mismos.

Ya sea que tus facturas resulten de un alto deducible, de un cobro por un proveedor que no participa con tu seguro médico, de un tratamiento que tu seguro no cubre, o de no tener un seguro médico, los expertos te aconsejan que podrías reducirlas hasta por la mitad si haces lo siguiente. (Aunque los reglamentos limitan el volumen de los descuentos bajo el plan tradicional de Medicare, los proveedores cuentan con mayores libertades con Medicare Advantage y otros planes de seguro).

Cómo negociar eficazmente

Puede que te sientas incómodo regateando con un proveedor de servicios médicos. Sin embargo, «muchos médicos se prestan a ello: porque ellos comprenden», indica Adria Gross, defensora sobre prácticas de facturación médica y Presidente Ejecutiva de Defensa sobre Seguros MedWise. Así que:

1. Sé proactivo. Para cirugías planificadas, asegúrate de que tu compañía de seguros cubra los costos tanto de la intervención como de las instalaciones. Se está viendo un aumento en la implementación de excepciones por nivel de cobertura, llamado «tiering», (por la que el consumidor paga más por el uso de ciertas instalaciones). Pregúntale a tu médico si todas las partes que intervendrán aceptan tu seguro, y solicita una respuesta por escrito; esto quizás te ayude en caso de que luego te enteres de que participó algún proveedor que no participa con tu seguro médico.

Si pretendes asumir los costos tú mismo, solicita anticipadamente una tarifa que corresponda con lo que suelen pagar las compañías de seguro. «El manejar conceptos que los seguros no cubren te presenta con una fantástica oportunidad para discutir las tarifas y negociar un descuento a partir del cobro regular», dice Abbie Leibowitz, M.D., la Directora de Medicina de Health Advocate Solutions, una empresa de defensoría y asistencia en materias de salud.

2. Investiga por tu cuenta. Ya sea que estés negociando anticipadamente o posterior a la facturación, existen páginas web como Fair Health y Healthcare Bluebook que podrán ayudarte a determinar cuánto pagan las compañías de seguro en tu zona. «Diles, “Yo estoy enterado de que la tarifa razonable y habitual es esta; ¿será posible reducirla un poco?”», aconseja Gross.

3. Habla con la persona adecuada. Si te llega una factura, revísala para verificar que esté correcta. Luego pregúntale a tu compañía de seguros si acaso la cubrirán parcial o totalmente. De no ser así, llama al proveedor que emitió la factura. Comienza con alguien en el departamento de facturación o la oficina de asesoría financiera para pacientes, pero no esperes terminar ahí. «La primera respuesta que te darán será: “No, no hay nada que se pueda hacer”», afirma Leibowitz. Sigue pidiendo hablar con el supervisor de la persona con la que estás hablando hasta comunicarte con alguien que esté autorizado para llegar a un acuerdo.

4. Ofrece pagar al contado. Si estás dispuesto a pagar la mayor parte de una factura, ofrece hacerlo en ese mismo momento. Los defensores médicos dicen que un «pago expedito» frecuentemente te conseguirá un descuento de entre 15 y 20%. «Ellos están manejando un negocio», explica James Napoli, Presidente Ejecutivo de Medliminal, que colabora con consumidores y empresas con el fin de reducir los costos médicos. «Apela a su sentido de que es una decisión buena para su empresa ».

5. Explica por qué no puedes pagar. «El hecho de que estés jubilado y tengas ingresos fijos constará como un factor», dice Napoli. La posibilidad de que no puedan cobrar, les da a los proveedores de servicios médicos un aliciente para ofrecerte un descuento o un plan de pago (y pídelo sin intereses). En algunos estados, incluyendo California, los hospitales están obligados a proveer cuidados gratuitos o básicos para consumidores de ciertos límites de ingresos. Pregunta si es así en tu estado.

6. Consigue ayuda. Muchos hospitales cuentan con defensores para pacientes que te podrán ayudar a comprender los códigos de facturación y detectar cualquier error. También puedes contratar a un defensor de asuntos médicos, aunque puede que te resulte caro. Algunos cobran una tarifa fija, mientras que otros cobran un porcentaje de lo que te ahorren (típicamente el 25%). Siempre que consideres a un defensor, pídele revisar su trayectoria y asegúrate de que tengan experiencia con los complicados códigos de facturación médica.

Para leer más, visita Consumer Reports.

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