Seguro de vida hipotecario: qué es y cómo funciona

Uno de los tipos de seguros de vida más particulares es el seguro de vida hipotecario. Se trata de un seguro que muchos bancos obligan a suscribir a los solicitantes de una hipoteca. El objetivo es cubrir al banco ante la posible muerte del cliente tomador de la hipoteca. Si ese fallecimiento se produce, el seguro entrega al banco una indemnización que sirve para cubrir lo que reste por pagar de la hipoteca.

En este artículo te ofrecemos toda la información necesaria para que sepas cómo funcionan los seguros de vida ligados a hipotecas. Si estás buscando una financiación para comprar una propiedad inmobiliaria, es importante que tengas en cuenta toda esta información.

Acerca del seguro hipotecario: Qué vas a encontrar en este artículo

Seguros de vida hipotecarios: qué son

Los seguros de vida hipotecarios son un tipo especial de seguros de vida. A diferencia de otros productos de las aseguradoras, no están pensados para dar una garantía de tranquilidad y futuro al asegurado, sino que responden a una exigencia de los bancos que conceden hipotecas.

Una hipoteca sobre una propiedad inmobiliaria es uno de los productos con más incertidumbre de cuantos comercializan los bancos. Suelen ser cantidades muy elevadas y tener plazos de devolución muy prolongados, incluso de muchas décadas, con lo que existe un riesgo real de que el tomador de la hipoteca muera antes de terminar de devolver el dinero al banco. Para tener la garantía de que esa hipoteca será devuelta, muchos bancos obligan a sus clientes a suscribir un seguro de vida cuyo beneficiario es el propio banco: si el cliente muere antes de haber pagado la hipoteca, el banco cubrirá lo que falta con la ejecución de la póliza.

En casos de enfermedades graves incurables, con diagnósticos de esperanza de vida de menos de un año, hay seguros que pagan la indemnización todavía en vida del asegurado, de forma que pueda abonar por sí mismo la hipoteca antes de fallecer.

Algunos de estos seguros, además, pagan la indemnización en el caso de que se produzca una situación de invalidez permanente que impida al tomador de la hipoteca tener ingresos.

En esas circunstancias, el seguro también se haría cargo de la parte del préstamo hipotecario que falte por reintegrar al banco.

Así, el seguro de vida hipotecario, o vinculado a una hipoteca, solo tiene una misión: devolver el dinero de la hipoteca al banco en caso de que la persona titular de la hipoteca no pueda hacerlo por haber muerto o por estar físicamente impedida.

Por tanto, si estás pensando en contratar una hipoteca para comprar una vivienda, un local u otro tipo de propiedad inmobiliaria, es muy probable que tu banco te exija la contratación de uno de estos seguros. Recuerda que puedes negarte a contratar este seguro, pero eso podría complicar la concesión de la hipoteca y muy probablemente el banco te obligase a firmar documentos en los que expresamente renuncias a esta cobertura.

Si vas a aceptar la contratación de la hipoteca con el seguro de vida, debes conocer cuáles son sus principales elementos y en qué se diferencian de los componentes de un seguro de vida convencional.

  • Primas. Las primas mensuales de un seguro de vida hipotecario se calculan en función de la hipoteca a devolver. Cuanto mayor sea el crédito, mayor el riesgo y, por tanto, mayores las primas. Sin embargo, como estos seguros se contratan por un plazo determinado equivalente a la duración de la hipoteca, las primas no suelen ser demasiado caras. Por lo general, las primas se agregan a las cuotas mensuales de las hipotecas.
  • Beneficiario. En un seguro de vida hipotecario, el beneficiario siempre es el banco (o bancos en casos de préstamos mancomunados).
  • Indemnización. La indemnización -o beneficio por causa de muerte- es la cantidad de dinero que recibirá el beneficiario, es decir, el banco, en caso de que muera la persona hipotecada. En todo momento, la indemnización equivaldrá a la cantidad que quede por devolver de la hipoteca, con lo que, a diferencia de otros seguros, el beneficio se va reduciendo a medida que pasa el tiempo y se pagan los plazos del préstamo.
  • Plazo. El plazo de vigencia de una póliza de este tipo debe coincidir exactamente con la duración de la hipoteca. Es decir: en el momento en que se paga el último plazo del préstamo, el seguro de vida se extingue y deja de tener validez. En este sentido, los seguros de vida hipotecarios son un tipo especial de seguros de vida a término, que también tienen una vigencia concreta.
  • Personalización. Aunque los seguros de vida hipotecarios están pensados para cubrir el riesgo del banco, algunas compañías ofrecen personalizar los seguros, de forma que, pagando un poco más, se obtengan beneficios adicionales. Con estos extras, además de cumplir con la exigencia del banco, los asegurados pueden obtener ventajas como cobertura para hijos si fallecen los progenitores, indemnización para beneficiarios designados por el asegurado o indemnizaciones en casos de accidentes de tráfico u otros. Si vas a contratar un seguro de vida hipotecario, consulta con tu compañía aseguradora qué extras pueden estar disponibles para mejorar el seguro base.

Cómo funciona un seguro de vida hipotecario

Como has visto, los elementos del seguro de vida hipotecario presentan bastantes diferencias con respecto a los seguros de vida convencionales. En buena medida, se parece a un seguros de vida temporal o a término, pero con cambios importantes en su concepción y, sobre todo, con diferencias notables frente a los seguros de vida permanentes.

La más llamativa de esas diferencias es que en un seguro hipotecario, a medida que vas pagando el préstamo, el beneficio por causa de muerte se va reduciendo. Es decir: se acomoda el monto de la indemnización a lo que resta por pagar de la hipoteca. Sin embargo, las primas siguen siendo iguales.

Por otro lado, el proceso de calificación también difiere bastante con respecto a los seguros convencionales. En realidad, como el banco exige el seguro, prácticamente no hay restricciones a la solicitud del seguro. En ese caso, el seguro de vida hipotecario se parece al seguro a término, que también tiene pocas exigencias a la hora de calificar para conseguir el seguro de vida.

Con estos seguros de vida, es suficiente con estar dentro de un rango de edad bastante amplio para conseguir la calificación y que se otorgue la póliza. Esto supone tener una cobertura importante sin sufrir el proceso de suscripción o ‘underwritting’ en inglés.

Después de que suscribas el seguro, pasa a formar parte de tu hipoteca. De esa forma, irás pagando las primas a medida que pagas el préstamo y, generalmente, integrado con este. Esto quiere decir que el precio del seguro se suma al de la hipoteca, encareciéndola.

Sin embargo, no tienes obligación legal de suscribir el seguro de vida hipotecario. Es un requisito de los bancos al que puedes negarte, aunque si rehúsas puedes tener problemas para obtener la hipoteca y tu entidad bancaria te obligará a firmar documentación que justifique tu renuncia al seguro.

Ventajas y desventajas del seguro de vida hipotecario

Partiendo de esa idea de que el seguro de vida hipotecario no es obligatorio, debes valorar bien si lo vas a contratar junto con tu hipoteca. En ese caso, tienes que valorar muy bien las ventajas y desventajas que te ofrecen estos productos. Entre las ventajas, hay que destacar:

  • Facilidades para calificar. No te van a pedir exámenes médicos, ni te harán más preguntas que tu edad. Eso es una gran ventaja a la hora de adquirir un seguro de vida, porque el proceso de calificación prácticamente es inexistente. Si no has conseguido calificar para un seguro a término, por ejemplo, puedes recurrir al seguro de vida hipotecario para proteger tus propiedades y garantizar que, en caso de que mueras, tu familia seguirá contando con la vivienda hipotecada.
  • Seguridad para tu pareja. En muchas ocasiones, la hipoteca está a nombre de ambos cónyuges. Si uno de los dos fallece, el otro debe hacer frente a la totalidad del préstamo, lo que puede ser muy difícil. Con el seguro de vida hipotecario, la parte de la hipoteca correspondiente al cónyuge fallecido es cubierta por la póliza y el superviviente de la pareja sigue pagando solo la parte que le corresponde.
  • Cobertura en caso de invalidez o enfermedad terminal. Muchos seguros de vida hipotecarios ofrecen la indemnización en caso de que la persona asegurada tenga un problema de salud que la deje impedida, o bien si tiene una enfermedad terminal con una esperanza de vida muy reducida. De esta forma, en realidad, se puede llegar a cobrar el beneficio sin necesidad de que el asegurado fallezca.

Por el lado de las desventajas, encontramos varios puntos problemáticos que hacen de estos seguros opciones menos atractivas:

  • Beneficio decreciente. Quizá la mayor desventaja de estos seguros es que, a medida que pasa el tiempo y se paga el préstamo de la hipoteca, la indemnización va decreciendo hasta llegar a cero. Es decir, el beneficio decrece pese a que el asegurado ha pagado sus primas.
  • El beneficiario es el banco. Este tipo de seguro, por lo general, no beneficia a los sucesores del asegurado que fallece, sino al banco. A cambio, los sucesores –generalmente la familia- tendrá una propiedad inmobiliaria pagada y libre de hipotecas.
  • Mayor precio. Como las primas son fijas pero el beneficio es decreciente, lo cierto es que las primas son mucho más caras que en otros seguros de vida.

Como ves, las desventajas son importantes. Por eso, si estás obligado a contratar un seguro de vida hipotecario, lo mejor es que te cubras contratando también otro seguro de vida, sea a término o permanente, que sirva para que tu familia y seres queridos reciban, además, un beneficio con el que pueda hacer frente a otros gastos, no solo a la hipoteca.