Las imágenes de un papá amamantado a su beba recién nacida a través de un improvisado sistema suplementario de lactancia, se esparcieron como agua en las redes sociales.
Maxamillian Neubauer contó en Facebook que, por complicaciones durante la cesárea de emergencia, su esposa no pudo amamantar a la beba. Fue entonces cuando una enfermera le hizo una propuesta épica: colocarle un falso pezón en el pecho y darle leche a la niña a través de un dispositivo especial (foto arriba).
"Así pude convertirme en el primer papá en amamantar a su bebé. ¡Lo hice por todas las madres!”, publicó Neubauer, posteando la foto que se hizo viral.
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¿Es posible que esta práctica se vuelva masiva y que de hecho los seguros cubran la lactancia paterna?
Se sabe que amamantar es una forma de ofrecerle al bebé una combinación fantástica de nutrientes y vitaminas que solo contiene la leche materna. Pero en el acto en sí —la misma posición del pequeño mirando a la mamá a los ojos mientras toma la teta— también comienza la construcción de un vínculo especial.
Históricamente, los padres han quedado fuera de esta relación, siendo más bien testigos que partes activas. Pero esto puede cambiar. Expertos consideran que en un futuro cercano, los padres también podrían tener su espacio para darle leche a sus niños, haciendo contacto piel con piel (como se llama al estilo canguro de amamantamiento), y van más allá: se podría comercializar un dispositivo como el de Neubauer, que los seguros de salud podrían cubrir.
Según cifras de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), las tasas de lactancia en los Estados Unidos están creciendo. Ocho de cada diez madres en EE.UU. dan de mamar a sus bebés desde que nacen. Los datos también reflejan que los bebés son amamantados por más tiempo: el 55% de los bebés estadounidenses nacidos en 2014 recibió lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses, frente al 42% en 2004.
A pesar de estos aumentos generales, persisten las disparidades raciales. Las estimaciones nacionales indican diferencias sustanciales entre los niños de raza blanca y los niños de raza negra y resaltan la necesidad de intervenciones que aborden específicamente las barreras a la lactancia materna para las mujeres de raza negra.
La Academia Americana de Pediatría recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida.
Está demostrado que la lactancia materna tiene beneficios cognitivos y de salud tanto para los bebés como para sus madres, señala la OMS. Es especialmente importante durante los primeros seis meses de vida, ya que contribuye a evitar la diarrea y la neumonía, dos de las principales causas de muerte en los lactantes.