¿Por qué no puedo controlar mi rabia?

¿Conoces a alguien que ante una situación menor reaccione de manera desproporcionada con ira y rabia? Quizá te ha pasado. De manera ocasional pudiera ocurrirnos sobre todo cuando se acumulan las dificultades y la frustración nos invade.

Explosiones de ira

Hay personas que presentan explosiones de ira que los conduce a tener reacciones violentas con una frecuencia que es considerada por los expertos como algo fuera de lo normal.  

¿Por qué no puedo controlar mi rabia?
Una conducta agresiva contra otras personas requiere ayuda de un especialista en salud mental. | Foto: GETTY IMAGES

Las emociones son reacciones automáticas que experimentamos física y mentalmente, que nos permiten valorar y reaccionar de manera adecuada a los estímulos con los que estamos en contacto. 

Miedo que genera bloqueo o Ira

Ante las dificultades y retos que se nos presentan a diario, que significan una amenaza a nuestra integridad, o representan frustración; dos emociones pueden desencadenarse: el miedo que desarrolla una conducta de bloqueo o huida, o la ira que genera una conducta de lucha.

Todos tenemos una manera de sentir y expresar las emociones, nacemos con un temperamento que es heredado y que aprendemos a controlar en el proceso de socialización y educación. 

De manera que aprendemos a expresar las emociones de una forma que socialmente sea adecuada y que desde el punto de vista estratégico sea oportuna para así poder alcanzar nuestras metas y lograr una correcta adaptación. 

Cuando hablamos de conducta agresiva nos referimos al acto dirigido contra una persona, animal o un objeto, que tiene el potencial de producir daño, abarca desde agresiones verbales hasta agresiones físicas. 

Trastorno explosivo intermitente

En el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, (DSM-V), se especifica que con un promedio de dos episodios a la semana por más de tres meses, en donde la agresión física no provoque daño al objeto agredido, o cuando en los últimos doce meses ocurra tres o más arrebatos de ira que provoquen daños o destrucción de la propiedad o lesiones a las personas, es suficiente para sospechar que el agresor pudiera presentar una condición denominada trastorno explosivo intermitente.

La prevalencia de este trastorno se estima que puede afectar hasta el 7.3 % de la población en los Estados Unidos de América. En general tiene su inicio entre los 14 y 18 años y es más frecuente en varones.

Desencadena con frecuencia sufrimiento, conflictos de pareja, familia, laboral y en ocasiones legales

Diagnóstico oportuno

Para su adecuado diagnóstico es necesario que la persona acuda a un especialista en salud mental para descartar otras patologías que expliquen la conducta violenta y que podrá mediante técnicas de psicoterapia y en ocasiones uso de medicación ayudar al afectado a controlar estas conductas.

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