Aproximadamente un 10% de la población presenta problemas de personalidad.
Estas personas tienen rasgos especiales en su manera de pensar, percibir, sentir, actuar y relacionarse con los demás que no son saludables. Se estima que, de ellas, el 1.5 % de la puede desarrollar un trastorno de personalidad antisocial. La personalidad antisocial se define por tener una conducta que fundamentalmente es transgresora.
La persona que tiene un trastorno de personalidad antisocial, también puede ser definida como psicópata o sociópata. Hay dos componentes importantes que conforman la personalidad: el temperamento, que es el elemento biológico e instintivo, y el carácter, que es producto de lo aprendido y se origina en el proceso de socialización y educación.
Algunos distinguen el psicópata como aquel que nace con las características antisociales (componente temperamental) del sociópata. El sociópata es aquel que adquiere estas conductas por su crianza y durante el proceso de socialización (carácter).
Pero, ¿qué caracteriza a estas personas? en general, sus acciones se justifican porque quieren algo o evitan algo, sin importar lo que piensen los otros. Creen que sus acciones no tendrán consecuencias indeseables o sencillamente no les importa y tienen una alta certeza de que sus decisiones siempre son acertadas.
Para ellos el fin justifica los medios y el fin último es aquel que le satisface sin importar el daño que ocasione.
Suelen pensar: “si otros sufren por mi conducta ese es su problema”, “sólo los tontos siguen las normas, las normas deberían eliminarse”, “soy el mejor, lo primero para mí es el placer”, “tengo que obtener cualquier cosa que desee y tiene que ser ahora, si no me frustro”, o, por ejemplo, “yo soy muy listo, soy el mejor”. Afectivamente suelen irritarse con frecuencia y ser agresivos hacia los otros con el fin de intimidarlos.
Es frecuente que los pacientes acudan a la consulta de manera involuntaria bajo la presión ejercida por la justicia o por conflictos matrimoniales o con sus hijos, pues el antisocial tiende a tener una conducta manipuladora y una actitud explotadora hacia los demás. Estas personas suelen ser nocivas para sus familias, las instituciones y la sociedad en general.
Esto podría estar precedido en los primeros años de vida por el trastorno de conducta disocial de la infancia, la conducta opositora desafiante y el trastorno de déficit de atención entre otras.
Si identificas algunas de estas características en tu forma de ser o en alguien cercano a ti es recomendable que soliciten ayuda con un especialista en salud mental quien podrá asesorarlos y orientarlos en cómo manejar esta condición.
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Claves para detectar a un psicópata
Existe una serie de ítems que constituyen el popular método PCL (Psychopathy Checklist) desarrollado por el Dr. Robert Hare.
En la relación con los otros:
- Son encantadores, elocuentes, simpáticos y conquistadores.
- Tienen una autoestima exagerada.
- Mienten patológicamente y creen que cualquier estrategia es válido para lograr su objetivo y justificar sus conductas.
- Son manipuladores y lo suficientemente inteligentes para que el otro les crea su actuación.
En lo afectivo:
- No tienen sentimientos de culpa ni remordimientos, ni se sienten en deuda con los demás.
- Son afectivamente frívolos y superficiales.
- Son indiferentes, pueden ser hasta crueles, porque les falta empatía.
- No aceptan sus errores, el problema siempre lo tienen los demás.
En cuanto al estilo de vida:
- Necesitan estímulos constantes, se aburren fácilmente.
- Les gusta un estilo de vida parasitario.
- Actúan impulsivamente y sin control.
- Viven sin dirección, cambiando de metas sin dirección.
- Son irresponsables.
En lo social
- Suelen delinquir en sus años de juventud.
- Tienen problemas de conducta desde la niñez.
- Les encantan las estafas y todo los delitos que requieran la manipulación de otro.