Quien toma la decisión de emigrar en general lo hace con la intención de conseguir una vida mejor para sí y su familia. Los motivos por los cuales en su país de origen no pueden alcanzar ese estándar de vida son múltiples, entre ellos, podemos enumerar los conflictos políticos, la inseguridad, la falta de oportunidades económicas.
Lo cierto es que el migrante termina concluyendo que las condiciones de vida en su país no le permiten una calidad de vida razonable, por lo que el impulso y el deseo por conseguirlo emergen en su conciencia.
Muchos de ellos los motiva en el peor de los casos a conservar su estilo de vida.
Cambio radical del inmigrante en su estilo de vida
Esta es una decisión que es muy difícil de tomar, significa un cambio radical en sus condiciones de vida, es un conflicto entre impulsos progresivos que inducen a la persona a explorar y descubrir en contra de impulsos conservadores, de no cambio, la llamada zona de confort.
En una situación como esta, al igual que en cualquier situación de cambio, hay ganancias y pérdidas. En la persona que emigra, asimilar estas pérdidas significa una reorganización de las ideas, pensamientos, sentimientos y emociones, este es el proceso del duelo.
Si se realiza de una manera adecuada permite superarlos y poder alcanzar las metas propuestas.
El duelo del inmigrante
El inmigrante en su proceso de partida pierde mucho y los duelos que lo acompañan son variados. La familia, los amigos, el trabajo, el idioma, las costumbres, las normas sociales, la cultura y el status social.
Quizás el dejar a la familia es uno de los más difíciles de manejar, sobre todo si el emigrante está solo. De manera que el apoyo efectivo de la familia y amigos desaparece, tiene muy pocas personas en quien apoyarse, debe comenzar muchas veces desde cero.
En este sentido es una situación de vulnerabilidad que lo predispone a mayores riesgos y tiene pocas herramientas para enfrentarlos.
Es una situación muy estresante, que generalmente se prolonga hasta que la persona encuentra su espacio, entiende y comprende la cultura, la lengua, las normas, hábitos de comportamientos y entiende la psicología del grupo social donde fue recibido.
Esto significa un esfuerzo de aprendizaje colosal a corto plazo que al nacional le llevó varios años desde su infancia aprender.
En el manual diagnóstico de psiquiatría DSM V existe un término, la dificultad de aculturación, que se refiere a la dificultad de adaptación a una cultura nueva (por ejemplo relacionada con la emigración) esta puede ser objeto de atención clínica o puede impactar sobre el tratamiento o el pronóstico de un trastorno mental.
Los emigrantes tienen más riesgos en desarrollar depresión y trastornos de ansiedad. Si puedes tiéndeles una mano, sino por lo menos sé tolerante y ayúdalo a comprender tus costumbres.