Alcohol y cuarentena: que el consumo no se transforme en un problema

La primera reacción cuando se anunció la recomendación de quedarnos en casa por el nuevo coronavirus fue comprar leche, huevos y papel higiénico. La segunda: armarnos de un bar en el hogar que pudiera competir con el mejor pub irlandés.

Una encuesta realizada por la agencia experta en investigación de mercados Nielsen, reflejó este impulso: reveló que las ventas de alcohol en los primeros días del distanciamiento social se dispararon de manera astronómica. Un 55% más que en el mismo período de 2019.

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Por ejemplo en Pennsylvania, en donde el gobernador Tom Wolf consideró que las licorerías no eran necesarias y decidió cerrarlas, se vendió en una semana lo que se vende en seis meses.

Y un sitio de internet que comenzó a ofrecer envíos de botellas a domicilio colapsó debido a la alta demanda. Incluso algunos residentes de ese estado buscaron cruzar la frontera estatal y "escapar" a Delaware para comprar alcohol. La policía los hizo regresar a casa con las manos vacías.

En otras partes del país, las licorerías han estado abiertas y también registrando ventas récord.

¿Qué hacer con tanto alcohol? Por supuesto... tomarlo.

Un momento de estrés, miedos y preocupaciones que pueden convertir al consumo "no social" en un problema de salud mental.

Aunque expertos piensan que no habrá una ola de alcoholismo a causa de la pandemia, sí advierten que aquellos que han superado la adicción o que tienden a tomar de más (lo que en inglés se conoce como "binge drinking") deben cuidarse particularmente.

¿Cuándo el consumo de alcohol puede volverse adicción?

Generalmente, las personas toman en eventos sociales, como una forma de conectar con amigos y familia, para celebrar. Se conversa alrededor de una botella. O en casa, luego de una larga jornada de trabajo, para relajarse.

Al principio de la cuarentena se organizaron happy hours por Zoom o Skype, se brindó con amigos a distancia. Incluso ahora que se conduce menos no hay que pensarlo dos veces.

Pero a medida que se acumulan las semanas de encierro, lo que comenzó como una forma de relajarse puede, para algunos, empezar a sentirse como un hábito difícil de evadir o controlar. 

Las señales de que el alcohol está comenzando a ser un problema son, entre otras: cuando se piensa obsesivamente en tomar, no se controla la cantidad, el trago cambia el humor y la conducta, o afecta los vínculos familiares, sociales y laborales.

En estos días en los que hay que respetar normas de seguridad y salud pública para prevenir la diseminación del virus, el estar ebrio puede afectar seriamente la capacidad para seguir estas reglas.

Si eres un alcohólico recuperado, que no bebés hace ya mucho tiempo, conocerás muy bien estos cambios, y tendrás recursos para controlarlos. Se te encenderá una luz interior de alerta. Pero para aquellos que están en recuperación, la combinación de estrés y distanciamiento social puede hacer que mantener la sobriedad sea aún más desafiante.

Si necesitas ayuda, hay sitios que pueden conectarte con el apoyo a distancia.

Por mucho tiempo, expertos en el tratamiento de las adicciones han ofrecido sesiones a través de la telemedicina, para ayudar a las personas a controlar este impulso. El recurso es extremadamente útil en estos tiempos de pandemia y cuarentena. El National Instituto of Abuse Alcohol and Alcoholism tiene un navegador que te puede ayudar a encontrar estos servicios en tu área.

Los grupos de apoyo han demostrado ser muy eficaces para poder hablar con pares del problema. Saber que no estás solo en este periplo hacia el control es importante.

E incluso en la plataforma del instituto hay un sitio de internet que te ayuda a repensar el hábito, si nunca has tenido problemas con el alcohol, pero ahora sientes que te estás descarrilando.

La gráfica muestra lo que se define como un trago.  Fuente: CDC.

El consumo excesivo de alcohol se define como un patrón de consumo de alcohol que eleva el nivel de concentración de alcohol en sangre (BAC en inglés) al 0.08% o más. 

Este patrón de consumo generalmente corresponde a 5 o más bebidas en una sola ocasión para hombres o 4 o más bebidas en una sola ocasión para mujeres, consumidas en un lapso de dos horas.

Fuentes: CDC, National Institute on Abuse Alcohol and Alcoholism, The Philadelphia Inquirer