La cirugía duró 15 horas e involucró a un equipo de 30 personas, desde el cirujano principal hasta la persona que trasladó el órgano para ser implantado.
El doctor Curtis Cetrulo, quien lideró el procedimiento, dijo que se trata de un campo quirúrgico muy nuevo y que por ahora son "cautelosamente optimistas".
La cirugía se realizó como parte de un programa experimental que tiene como meta principal ayudar a veteranos de guerra con lesiones pélvicas graves, y también —como Manning, un corredor de bolsa de Halifax, Massachusetss— a personas con amputaciones a causa del cáncer o de accidentes.
Si todo marcha tal cual lo planea el doctor Cetrulo y su equipo, Manning podrá orinar normalmente en unas semanas, y recuperar la función sexual del pene en un mes.
Manning fue entrevistado por un reportero de The New York Times, y dijo que, si bien quiere hablar públicamente de su trasplante, no está listo para mirarlo de cerca.
El doctor Cetrulo dijo que hay otro paciente en espera de un miembro compatible, el hombre perdió el propio durante el incendio de un auto tras un accidente.
Otro equipo de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins está listo para realizar este tipo de procedimientos y están a la espera de un órgano que sea compatible para un veterano de guerra de Afganistán.
El 23 de diciembre de 1954 se realizó el primer trasplante exitoso de un órgano de donante vivo en el país. Fue en el Hospital Brigham de Boston y Ronald Herrick recibió un riñón de Richard, su hermano mellizo.
Desde entonces, el campo del trasplante de órganos ha crecido al vertiginoso ritmo de la tecnología, los de corazón, pulmón, estómago, son procedicimientos cotidianos.
Pero pasó mucho tiempo hasta que los cirujanos se animaran a probar suerte con el pene.
Implantar un pene ajeno es una operación de relojería suiza. Según explicaron los cirujanos de Massachusetts, para que el hombre recupere en un 100 por ciento sus funciones urinaria y sexual, los vasos sanguíneos, las terminaciones nerviosas y la uretra deben estar alineados y conectados apropiadamente, y la parte externa del pene debe estar alineada con el resto del órgano.
A diferencia de los otros órganos con los que se realizan trasplantes frecuentes, el pene es anatómicamente complicado: la mitad está dentro del cuerpo, la otra mitad fuera, literalmente colgando, no pegado a la piel.
También a diferencia de, por ejemplo, el trasplante de riñón o pulmón —cirugías en las que el aspecto del órgano es lo menos importante— en el caso del pene la apariencia estética, externa, es esencial para considerar al procedimiento un éxito. Este trasplante tiene un componente estético extra, que requiere de habilidaad quirúrgicas específicas.
De hecho, en mayo de 2015 se realizó el primer trasplante registrado de pene en China, pero el hombre pidió a las pocas semanas que se le removiera el miembro: al parecer él y su esposa no soportaron el pene distinto. El rechazo fue psicológico, pero no orgánico, el principal motivo por el cual puede fracasar un trasplante.
El segundo trasplante de pene se hizo en Sudáfrica en junio del mismo año, y la pareja del hombre quedó embarazada poco después. El de Manning, en Boston, es el primero en Estados Unidos.