La noticia sobre un juego que practican los adolescentes para asfixiarse ha sonado en varios países de América Latina este mes. El tema salió a relucir a partir de un video proveniente de Venezuela en el que se ve a un chico que ahoga a otro apretando su cuello hasta dejarlo inconsciente. Los medios están alertando sobre la “nueva” tendencia, sin embargo, el choking game existe desde hace muchos años y es realmente peligroso.
El choking game, como se conoce popularmente, consiste en que una persona toma por el cuello a otra y aprieta hasta dejarla, literalmente, sin aire y pierde el conocimiento. Los adolescente lo juegan para experimentar la sensación de euforia extrema o "subidón" que se produce al recobrar el conocimiento, cuando el cuerpo vuelve a respirar después de cortar temporalmente el flujo de sangre y oxígeno al cerebro.
Pero si la presión no se detiene a tiempo, la asfixia puede provocar hipoxia cerebral. Dice la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. que las células del cerebro son extremadamente sensibles a la falta de oxígeno y pueden comenzar a morir menos de cinco minutos después de interrumpirse el suministro. Como resultado, la hipoxia puede causar daño cerebral grave, pérdida de la memoria, hemorragia en la retina, derrame cerebral y la muerte.
El 13 de mayo Tua Muai, de 12 años, murió en Utah, Estados Unidos, después de que él y sus amigos practicaran el choking game: dejó de llegar oxígeno a su cerebro. Su madre Celestia Muai lo encontró inconsciente, llamó al número de emergencias, pero era demasiado tarde. "Simplemente estaba jugando un juego y no pensó en las cosas", dijo a FOX News.
El de Muai es uno de los casos más recientes, pero son muchos los que han fallecido por la misma causa. En Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que el choking game fue responsable de 82 muertes entre 1995 y 2007, pero después de este año no hay data.
Judy Rogg se ha dado a la tarea de informar sobre el tema a través de La Causa de Erik, organización que fundó cuando Erik, su hijo de 12 años, falleció tras participar en esta actividad. En una herramienta que diseñó se puede ver que la mayoría de las muertes están entre Estados Unidos, Canadá y México, y también las hay en Perú, Brasil, Nueva Zelanda, Francia, Sudáfrica, Australia y muchos países más. En total Rogg ha registrado 1,139 muertes, pero esta cifra es apenas un aproximado, son datos que ha reunido a partir de medios de comunicación y reportes de familias.
¿Cómo se enteran los chicos de este juego?
Hace 20 o 30 años los adolescentes sabían de su existencia porque se comentaba en los colegios y las historias pasaban de boca en boca, pero en tiempos más recientes las cosas cambiaron. Ahora hay miles de videos en sitios tan accesibles como YouTube en los que dan instrucciones de cómo lograr la asfixia y sentir la euforia, a manera de tutorial.
En Internet también se conoce como flatliner, space monkey, blackout, knockout challenge, fainting game, juego de la asfixia o juego del desmayo. Se estima que los pueden jugar desde niños de 10 años hasta adolescentes de 16.
También gracias a los medios digitales es común que cuando ocurre una muerte por esta causa la información se comparta en redes sociales, luego en grupos de Whatsapp y, al ser replicada una y otra vez, el juego se ponga "de moda” (esto fue lo que pasó cuando se difundió el video de los adolescentes venezolanos).
¿Qué puedes hacer para evitar que tu hijo practique el choking game?
Las autoridades de diferentes departamentos escolares en Estados Unidos recomiendan a los padres hablar con sus hijos sobre estas actividades y revisar el historial de búsqueda en sus teléfonos, tabletas y computadoras.
En el hogar puede haber pistas, como nudos en corbatas, cinturones, cuerdas o bolsas de plástico que se dejan en las habitaciones. En general lo practican grupos o parejas usando las manos, pero también lo puede jugar un niño o adolescente a solas en su habitación con ayuda de un cinto, por ejemplo.
También deben estar atentos a las señales de advertencia: ojos inyectados en sangre, vasos sanguíneos rotos en la cara y los párpados, cambios de humor, desorientación después de pasar un rato solo, dolores de cabeza frecuentes y moretones o marcas alrededor del cuello.
"El cerebro de la primera adolescencia no procesa la información de la misma manera que un cerebro adulto, por lo que los niños de este grupo de edad (9 a 16 años) no son capaces de comprender completamente las graves consecuencias que podrían resultar", declaró el Superintendente de Escuelas Nick Markarian, luego de la muerte de un estudiante de New Jersey en 2017.
Cualquiera puede sentirse tentado a participar, la comunicación entre padres e hijos es vital.
Más para leer sobre adolescentes: