El maltrato de los ancianos es una realidad descuidada de la salud pública global, especialmente en comparación con otros tipos de violencia. Un reciente informe publicado en la revista The Lancet Global Health, financiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reveló que alrededor de uno de cada seis ancianos sufre algún tipo de maltrato.
Cerca de 16% de las personas de 60 años o más han sido víctimas de algún tipo de maltrato. La estimación de prevalencia combinada fue de 11,6% para maltrato psicológico; 6,8% de abuso económico; 4,2% de algún tipo de negligencia; 2,6% de maltrato físico o agresiones sexuales (0,9%).
Esta investigación se basa en los mejores datos procedentes de 52 estudios realizados en 28 países de distintas regiones, entre ellos 12 países de ingresos medianos o bajos.
Envejecimiento de la población
Según datos de la revisión de 2015 del informe «Perspectivas de la Población Mundial» , el número de personas mayores, es decir, aquellas de 60 años o más, se ha incrementado de forma sustancial durante los últimos años en casi todos los países y regiones.
Se prevé que para el año 2050, el número de personas mayores de 60 años se habrá doblado con creces en el mundo hasta alcanzar los 2,000 millones
En consecuencia, es prioritario intensificar los esfuerzos para prevenir y combatir las distintas formas de maltrato hacia los ancianos.
El maltrato a las personas de edad puede consistir en actos que les causan daño o sufrimiento, o bien la falta de medidas apropiadas para evitarlos. Todos los tipos de maltrato a los ancianos pueden afectar a su salud y su bienestar.
Formas de maltrato
La forma más habitual de maltrato hacia los ancianos es el psicológico. Puede consistir en actos como las agresiones verbales, amenazas, burlas, destrucción de efectos personales o el confinamiento para impedirles ver a sus amigos y familiares.
El abuso económico, otra forma frecuente, se trata del uso ilegal de fondos, propiedades u otros recursos de la persona mayor.
La negligencia es el descuido u omisión en el cumplimiento de las necesidades vitales para la persona, como la alimentación, la vivienda, la ropa y la atención médica.
Las consecuencias de estos abusos para la salud de los ancianos son numerosas, como: traumatismos, dolor, depresión, estrés y ansiedad. Además, es alta la probabilidad que el afectado sea ingresado una residencia para mayores, requiera ser hospitalizado, necesite ser atendido en un servicio de urgencias o fallezca, señala la OMS.
También se menciona que, a pesar de su frecuencia y de sus graves consecuencias para la salud, los malos tratos a las personas de edad continúan siendo una de las formas de violencia menos estudiadas en las encuestas nacionales de salud y una de las menos incluidas en los planes nacionales de prevención de la violencia
Plan de acción
En mayo de 2016, los ministros de Salud reunidos en la Asamblea Mundial de la Salud adoptaron la estrategia y plan mundiales sobre el envejecimiento y la salud, que incluyó las siguientes medidas para luchar contra el maltrato a los ancianos:
- Invertir en estudios sobre la frecuencia del maltrato a las personas de edad, sobre todo en los países de ingresos medianos o bajos de Asia Sudoriental, Oriente Medio y África, de los que se dispone de pocos datos
- Recoger datos y elaborar orientaciones sobre medidas eficaces de prevención y control del maltrato a los ancianos. Como primer paso, los poderes públicos deben evaluar los esfuerzos ya realizados, por ejemplo en materia de formación de cuidadores y de utilización de servicios telefónicos de ayuda, y publicar los resultados de estas evaluaciones;
- Ayudar a los países a prevenir el maltrato a las personas de edad y luchar contra él.