Meses después de haber perdido a su esposa, el actor mexicano Joaquín Cordero tuvo un problema de salud al sufrir una embolia y un infarto cerebral.
Puntos clave
El pasado jueves 30 ingresó a un hospital de la ciudad de México donde ya lo esperaba personal y equipo médico para atenderlo.
“Le dio una pequeña embolia y un infarto cerebral, pero pequeño. Está perfecto. Acabo de hablar con él por teléfono”, comentó la periodista Maxine Woodside a través de su programa radiofónico de espectáculos.
Se espera que en las próximas horas se den a conocer más detalles sobre el estado de salud del artista de 90 años.
De acuerdo con la Clínica de Cleveland, un infarto cerebral o “ataque del cerebro” es parecido a un ataque del corazón y éste ocurre cuando las células del cerebro (neuronas) se quedan sin oxígeno y glucosa que normalmente les lleva la sangre.
El oxígeno y la glucosa son esenciales para el funcionamiento y sobrevivencia de las neuronas. Si la falta de flujo de la sangre dura más de 3 a 6 horas, el daño es generalmente permanente.
Los infartos cerebrales también pueden ocurrir por otras razones como contracciones rápidas de las cámaras superiores del corazón (fibrilación auricular), debilidad severa del músculo del corazón (cardiomyopatía), o bloqueo de las arterias pequeñas en el cerebro.
Algunas personas tienen ataques isquémicos transitorios antes de tener un infarto cerebral total. Los síntomas pueden incluir la pérdida súbita de la visión en uno o los dos ojos, debilidad o pérdida de sensación en un lado del cuerpo, arrastrar las palabras o inhabilidad de hablar, o pérdida de coordinación.
Los infartos cerebrales son mucho más fáciles de prevenir que de tratar, así que es crucial que la gente con alto riesgo para la ateroesclerosis tengan evaluaciones regulares con sus médicos de cabecera.