El consagrado actor argentino Federico Luppi, que en sus 81 años de vida participó en más de 70 películas y ganó 6 premios Cóndor de Plata como mejor actor, falleció este viernes 20 de octubre en el hospital de la Fundación Favaloro, donde estaba internado desde hace varios días por las consecuencias que le trajo un accidente doméstico en el que se golpeó la cabeza contra una mesa de luz.
El actor estaba en plena actividad laboral cuando una caída en abril pasado le cambió la vida por completo. La contusión en la cabeza le produjo un coágulo cerebral, lo que complicó aún más su salud. Estaba por iniciar una gira teatral con Las últimas lunas, una obra lúcida y sencilla sobre la vejez.
Luppi había sido intervenido quirúrgicamente y también se sometió a un proceso de rehabilitación neurológica en el centro médico FLENI.
El cerebro es el centro de comando del cuerpo. Sus tejidos sensibles flotan en un fluido acolchonado dentro del cráneo, rígido y macizo. Un rápido golpe en la cabeza o un sacudón violento pueden anular esa protección y provocar una lesión cerebral conocida como conmoción cerebral.
Según el Instituto Nacional de Salud (NIH por sus siglas en inglés) cada año ocurren más de 1 millón de lesiones cerebrales levemente traumáticas en todo el país.
Estas lesiones pueden resultar de caídas, choques automovilísticos o actividades recreativas como andar en bicicleta, en patineta, esquiar o incluso jugar en el patio.
“A pesar de que las conmociones cerebrales son lesiones leves, deben tomarse en serio. No deben tratarse como lesiones menores que se resuelven rápidamente” señala Beth Ansel, experta del NIH en investigación sobre rehabilitación.
Con el tratamiento indicado, la mayoría de las personas se recuperan por completo de una conmoción. “Sin embargo, en algunos casos, una conmoción puede tener un efecto duradero en el razonamiento, la atención, el aprendizaje y la memoria”.
También se sabe que una simple conmoción cerebral puede aumentar el riesgo de sufrir otra, y una segunda conmoción cerebral puede ser más grave. Es importante aprender a reconocer las causas y los síntomas de las conmociones cerebrales para poder tomar las medidas necesarias para evitar o tratar estas lesiones en la cabeza.
En realidad, el cráneo está diseñado para impedir la mayoría de los traumatismos en el cerebro, pero no frena la posibilidad de que el cerebro se mueva dentro del cráneo y ese vaivén, aunque sea leve, puede estirar y dañar el tejido cerebral y detonar una cadena de cambios dañinos en el cerebro que interfieren con las actividades cerebrales normales, de acuerdo con Frederick Rivara, especialista en lesiones pediátricas y prevención de la Universidad de Washington (University of Washington), en Seattle.
Las lesiones cerebrales más graves, que pueden ser una fractura de cráneo, sangrado o inflamación del cerebro, pueden detectarse con radiografías u otros métodos de diagnóstico por imagen. Sin embargo, las conmociones cerebrales son más difíciles de detectar.
“Una conmoción cerebral no se ve desde afuera y no se puede ver con herramientas estándar de diagnóstico por imagen como una RMI o una tomografía computarizada”, señala Christopher Giza, neurólogo pediatra de la Universidad de California (University of California), en Los Ángeles.
“En cambio, para poder hacer el diagnóstico hay que observar los signos y síntomas en busca de funcionamientos anormales del cerebro”.
Síntomas más comunes
Entre los síntomas comunes se encuentran las náuseas, el dolor de cabeza, la confusión, los mareos y los problemas de memoria. La pérdida de conocimiento se registra en 1 de cada 10 conmociones cerebrales. Una persona con una conmoción cerebral puede tener problemas para responder preguntas básicas y puede que se mueva de manera extraña y torpe.
En alrededor de 9 de cada 10 personas con conmociones cerebrales, los síntomas desaparecen en entre 7 y 10 días. Los científicos han estado trabajando para aprender más sobre quienes demoran más en recuperarse.
Descubrieron que los síntomas corporales, como el dolor de cabeza y los mareos, tendían a desaparecer rápidamente. Sin embargo, los síntomas cognitivos, entre ellos los problemas de memoria y para prestar atención, tendían a permanecer en algunos niños durante el año que duraba el estudio.
Los niños que habían perdido el conocimiento o que presentaban alguna anormalidad adicional que surgía en los exámenes de RMI luego de la lesión tenían mayor riesgo de padecer problemas perdurables.
Cuál será la respuesta
Keith Yeates de la Universidad Estatal de Ohio (Ohio State University), investiga maneras de predecir la respuesta de una persona a una conmoción cerebral.
Todavía se desconoce mucho en cuanto a la biología subyacente y las consecuencias de las lesiones leves en la cabeza. Algunos investigadores financiados por el NIH actualmente observan de qué manera se distinguen los procesos de lesión y recuperación en cerebros adultos e inmaduros.
Otros científicos examinan los problemas que pueden surgir por lesiones repetidas en el cerebro.
Los investigadores saben que inmediatamente luego de una conmoción, el cerebro queda particularmente vulnerable a sufrir una segunda lesión más grave. Sin embargo, no queda en claro por qué, ni cuánto dura ese período de vulnerabilidad.
Los estudios han descubierto que el riesgo de sufrir una segunda lesión es mayor en los 10 días siguientes a la conmoción cerebral inicial.
Si usted sospecha que alguien ha sufrido una conmoción cerebral, asegúrese de que haya dejado de realizar las actividades que estaba haciendo, en especial si se encuentra involucrado en un deporte.
La disfunción cerebral no solo puede nublar su pensamiento, sino que también puede bajar la velocidad de los tiempos de reacción y afectar el equilibrio, por lo que la persona queda más expuesta a sufrir otra lesión.
Mientras las investigaciones avanzan, lo mejor es que hagas lo que esté a tu alcance para evitar las conmociones cerebrales. Aprende a reconocer los síntomas, y asegúrate de que quienes presenten signos de una conmoción cerebral dejen sus actividades y busquen atención médica.
Es importante conocer las señales de advertencia de las lesiones moderadas a graves. Busque ayuda de inmediato si la persona tiene:
- Dolor de cabeza que empeora o no mejora
- Vómitos o nauseas reiteradas
- Convulsiones
- Incapacidad para levantarse
- Pupilas dilatadas en uno o ambos ojos
- Dificultad para hablar
- Debilidad o entumecimiento de los brazos o piernas
- Falta de coordinación
- Creciente confusión, inquietud o agitación
Los médicos usan un examen neurológico y pruebas de imagen para realizar un diagnóstico. El tratamiento depende del tipo de lesión y qué tan grave es.