Bethany Buettner, una niña de 12 años que vive en Maryland, EE.UU. no podía dejar de toser. La tos comenzó cuando tuvo un caso leve de neumonía en noviembre de 2018. Pero incluso después de que la enfermedad disminuyera, la tos frenética y cortante no se iba.
"Comenzó con un poco de tos, y luego empeoró", dijo Bethany a The Daily Beast. "Y luego fue insoportable" agregó.
Su padre Dennis estimó que tosía 5,000 veces al día y Bethany tenía tal crisis que no podía ir a la escuela. Su familia probó múltiples terapias visitando a pediatras y neumólogos, quienes le recetaron toda clase de aerosoles e inhaladores, pero nada dio resultado.
Los Buettner buscaron en Internet alguna ayuda y de repente vieron algo que les llamó la atención sobre casos de adolescentes que tenían un tipo de tos llamada "tos de hábito" a la que hacía referencia a un médico llamado Ran Anbar.
Dennis le envió a Anbar una descripción de los síntomas de su hija, y éste lo derivó con otro especialista, el Dr. Miles Weinberger, quien pasó la mayor parte de su vida trabajando como alergista y neumólogo pediátrico en la Universidad de Iowa, (EE.UU.) donde escribió extensamente sobre este tema, y aludió especialmente a un tratamiento llamado terapia de sugerencia.
La terapia es muy simple: el médico convence al paciente de que no es necesario que siga tosiendo y le permite creer que puede superarla.
Después de entrar en contacto con la familia, Weinberger confirmó que Betania sufría de tos de hábito y se ofreció a tratarla por Skype.
Aunque la terapia llamó la atención de sus padres, decidieron probar una vez más, y a los 20 minutos de tener una charla con Weinberger, la joven dejó de toser y declaró sentirse muy aliviada.
¿Qué es la tos de hábito?
La Fundación Argentina del Tórax publicó una revisión con datos del manejo de distintos tipos de tos que no estaban asociadas con afecciones pulmonares (tos psicogénica, tos de hábito y tos como tic nervioso).
Entre los factores desencadenantes, los más frecuentes fueron estrés social, infecciones de las vías respiratorias altas y en menor medida, trastorno de ansiedad.
En ese análisis surgió que los antitusivos, antibióticos, corticoides, etc. en general no produjeron beneficio alguno en detener la tos de hábito.
En la mayoría de los trabajos, se observaron intervenciones no farmacológicas como hipnosis, sugestión, asesoramiento psicológico y refuerzo de la confianza como las alternativas terapéuticas usadas con mayor frecuencia.
¿Cuál fue la que dio más resultado? Se halló que la hipnosis resolvió la tos en el 78% de 96 personas tratadas y logró aliviar el síntoma en el 5%. Consistió en convencer al paciente de que es capaz de resistir el impulso de toser recurriendo a maniobras de distracción de la atención.
El asesoramiento y refuerzo de la confianza, la relajación, psicoterapia y los ansiolíticos aliviaron al 93% de quienes se sometieron a estos tratamientos. Los niños fueron quienes obtuvieron el mayor beneficio de estos abordajes.
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