Es un tipo de dolor muy común. Casi todas las personas tendrán dolor lumbar en algún momento de sus vidas. Puede afectar a cualquier persona y a toda edad, y está aumentando: la discapacidad debido al dolor de espalda ha subido más del 50% desde 1990 en todo el mundo.
Es un tipo de dolor tan frecuente que aproximadamente un 80 % de la población mundial lo padece; sin embargo, rara vez está asociado con una enfermedad grave.
El dolor de espalda incapacita a 5.4 millones de estadounidenses y cuesta al menos 90,000 millones de dólares en gastos médicos y no médicos, según el Colegio Americano de Reumatología.
Para abordar este problema, existen diversas alternativas, pero muchas no están funcionando. En marzo de 2018 The Lancet publicó tres artículos sobre dolor lumbar, escritos por un grupo internacional de especialistas dirigido por Rachelle Buchbinder, de la Universidad de Monash, en Melbourne, Australia, en los que advierten que con demasiada frecuencia los pacientes se sienten decepcionados por el tratamiento que se les ofrece, e instaron a la profesión médica mundial a dejar de ofrecer tratamientos ineficaces y potencialmente dañinos.
"Los medicamentos fuertes, las inyecciones y la cirugía generalmente son exagerados", escribieron los especialistas, con evidencia limitada de que ayudan. La mayoría de los dolores de espalda se manejan mejor si los pacientes se mantienen activos, aconsejan.
Además de tratar el dolor leve con analgésicos, ejercicio moderado, masajes o frío/calor, consulta al médico si el dolor persiste más de 2 días o se agudiza; consulta de inmediato si el dolor se debe a un accidente o lesión en la espalda.
Otra alternativa simple que puede funcionar es cambiar las posturas al dormir. Los expertos en dolor de espalda de la Clínica Mayo sugieren tres formas de dormir que pueden aliviar o prevenir este problema.
1. Dormir de costado
Si haces cambios simples en la posición en la que duermes, puedes quitar presión a la espalda. Si duermes de costado, acerca un poco las piernas al pecho y colócate una almohada entre las piernas. Si lo prefieres, usa una almohada de cuerpo entero.
2. Dormir boca arriba
Si duermes boca arriba, coloca una almohada debajo de tus rodillas para mantener la curvatura normal de la zona lumbar. Podrías probar con una toalla chica enrollada debajo de la porción pequeña de tu espalda para tener un apoyo adicional. Apoya tu cuello sobre una almohada.
3. Dormir boca abajo
Dormir boca abajo puede ser problemático para tu espalda. Si no puedes dormir en otra posición, reduce la tensión sobre tu espalda colocando una almohada bajo la pelvis y el abdomen bajo. Puedes usar una almohada bajo tu cabeza si no provoca mucha tensión en tu espalda. Si no causa tensión, trata de dormir sin almohada bajo tu cabeza.
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