Los problemas cardíacos están íntimamente ligados con el estado emocional. Cada vez se encuentran más evidencias de que el estrés, el desamor o la muerte de un ser querido influyen en el riesgo de infarto a la par de los otros factores de riego conocidos como el alcohol, las grasas, el cigarrillo y la obesidad.
Hay investigaciones que demuestran que los lunes son los días donde se registran más infartos, y la Navidad y el invierno son también momentos peligrosos para el corazón, con picos más altos de eventos cardíacos adversos que en cualquier otra época del año.
Pero entonces, cuando la gente está relajada y feliz en la playa, disfrutando de un clima cálido y con menos demanda social ¿su corazón está a salvo?
Para responder a esta pregunta, un grupo de científicos de la Universidad de Upsala, en Suecia, analizó los historiales médicos de 156,690 adultos ingresados por un infarto de miocardio en los hospitales suecos entre los años 2006 y 2013. Y muy especialmente, se centraron en las vacaciones de verano (sólo en julio) para analizar síntomas de problemas cardíacos y hospitalizaciones.
Después de examinar y comparar otros factores de riesgo cardíaco, ellos hallaron que las vacaciones de verano tienen un efecto cardioprotector: en julio se reduce el riesgo de infarto en un 8%.
Por el contrario, las vacaciones que se toman entre la Navidad y el Año Nuevo, se asocian a un riesgo de un 7% mayor de padecer un infarto. Y para despejar dudas, los investigadores aclaran que el clima no tiene ninguna influencia sobre estos resultados, sino más bien las demandas sociales de las fiestas de fin de año son las que provocan un alto nivel de estrés que afecta al corazón.
El líder de la investigación publicada en American Heart Journal, John Wallert, explicó que entre otros desencadenantes, “nuestros hallazgos sugieren que las demandas psicosociales sobre el comportamiento influyen en los sistemas biológicos hasta un punto en que pueden actuar como desencadenantes potenciales de un infarto”.
Los temidos infartos
Todos los años más de un millón de personas en Estados Unidos sufre un infarto. Aproximadamente la mitad de ellos muere. Muchas personas tienen daños cardíacos permanentes o mueren por no obtener ayuda inmediatamente, informa la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Es importante conocer los síntomas de un infarto y llamar al 911 si alguien los presenta, éstos son:
- Molestia en el pecho: presión opresión o dolor
- Falta de aire Molestia en la parte superior del cuerpo: brazos, hombro, cuello o espalda.
- Nauseas, vómitos, vértigo, mareos o sudoración.
- Algunas veces, estos síntomas pueden ser distintos en las mujeres.