Son tóxicos, causan daños a la salud y es casi imposible librarse de ellos porque están en todas partes. Hablamos de los ftalatos, sustancias químicas que se emplean en muchos de los objetos que nos rodean, desde juguetes hasta empaques de alimentos.
Estos químicos se usan para fabricar productos industriales y de consumo y el riesgo de exposición es tan alto que se han detectado en alimentos y en seres humanos. Para la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) son motivo de preocupación debido a su toxicidad.
Hay todo tipo de investigaciones sobre su impacto en la salud. Según la EPA varios de estos estudios han demostrado asociaciones entre la exposición a los químicos y afecciones, pero no se ha establecido una causa. Se cree, por ejemplo, que el efecto acumulativo de varios ftalatos podría provocar daños en los organismos expuestos, como el sistema reproductivo masculino.
En la Universidad de Columbia se han llevado a cabo varias de estas investigaciones. En una de ellas rastrearon los efectos de la exposición a los ftalatos en los niños, desde el feto hasta la edad escolar. Encontraron que aquellos que estuvieron expuestos a altas concentraciones en el útero tuvieron 70% más de probabilidades de desarrollar asma entre las edades de cinco y 12 años.
También en la Universidad de Columbia descubrieron que el coeficiente intelectual de los niños cuyas madres tenían los niveles más altos de ftalatos era más bajo. Los autores recomendaron que todas las personas, especialmente las embarazadas, deberían de tratar de reducir su exposición a estos químicos.
March of dimes, organización dedicada a ayudar a las mujeres a tener embarazos sanos, ha alertado sobre los efectos negativos de ftalatos al entrar en contacto con el bebé antes de su nacimiento o en la primera infancia. Las evidencias muestran que puede causar problemas en el desarrollo cerebral y de conducta y también en la próstata, en el caso de los varones. Esa investigación motivó que se dejaran de usar ftalatos en juguetes y otros productos infantiles.
Dónde están los ftalatos
El gran reto para prevenir los efectos negativos de los ftalatos es que pueden estar en cualquier parte y, además, no están incluidos en las etiquetas de los productos, de manera que prácticamente es imposible evitarlos. Pisos de vinilo, productos para el cuidado del cabello, gel de baño, cosméticos, perfumes, productos de limpieza, alimentos, todos pueden contener ftalatos.
Vale la pena mencionar el caso de las especias, que resultaron ser una fuente sorprendente de exposición al ftalato, según un estudio de 2013 que se publicó en Nature. Los autores descubrieron altos niveles de un tipo del químico en productos lácteos y varias especias orgánicas importadas.
"El hecho es que no se puede saber si un alimento contiene ftalatos, se puede sospechar, pero es casi imposible saberlo", explicó a The Guardia Erik Olson, director estratégico senior de alimentos y agricultura y programas de salud para el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales. "Eso los hace difíciles de evitar, por lo que necesita un marco regulatorio", agregó.
Qué podemos hacer
En Estados Unidos la EPA ha puesto en práctica regulaciones que exigen a los fabricantes, importadores y los procesadores de ciertos tipos de ftalatos que notifiquen sobre los usos del químico, de manera que la agencia pueda evaluar y, si es necesario, prohibir o limitar esa actividad. Otras regulaciones se están tramitando, pero aún no se sabe cuándo entrarán en vigencia ni que tan efectivas serán.
Las regulaciones estadounidenses también los han prohibido en muchos productos para niños, al igual que en la Unión Europea, donde se restringió su uso en una serie de productos de consumo. A partir de estas medidas, algunas empresas, como Estee Lauder, comenzaron a eliminarlos progresivamente.
Mientras termina de definirse un marco legal más específico, los consumidores pueden tomar algunas medidas, como evitar los productos empacados en plástico código 3, que el es policloruro de vinilo (PVC) y se usa en botellas para aceite de cocina y empaques para carnes, entre otros. El número 7 tampoco es recomendable, este es una mezcla de varios plásticos y se emplea para fabricar productos como botellas de salsa de tomate exprimible y platos para microondas.
También se sugiere retirar cualquier alimento empacado en plástico de su empaque y ponerlo en contenedores de vidrio. Y es mejor comprar productos orgánicos envasados en vidrio, tanto como sea posible.
Las perfumes comerciales y cosméticos pueden contener ftalatos; optar por productos perfumados con aceites esenciales o inoloros podría ser una solución. Algunos productos cosméticos, como champús y lociones corporales, indican si están libres de ftalatos, vale la pena revisar las etiquetas para cerciorarse.
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