Katie Stubblefield, de Mississippi, tenía 18 años cuando intentó suicidarse en un baño, disparándose con el rifle de caza de su hermano. Estaba agobiada por problemas amorosos (su novio la había dejado) más complicaciones en su salud y dramas familiares.
Aunque ella no recuerda nada de ese día, fue el 25 de marzo de 2014; tampoco recuerda los meses posteriores en los que estuvo internada luchando por su vida.
Su hermano la encontró en un estado desesperante. Katie fue trasladada entonces a un hospital en Memphis, Tennessee, y luego a Cleveland, Ohio, en un intento desesperado por salvarle la vida.
Tras estar internada en grave estado y superar varias complicaciones, a comienzos de 2016, su estado de salud se declaró estable, y el 4 de mayo de 2017 comenzó una nueva historia, sometiéndose a 31 horas de cirugía en la Clínica Cleveland para recibir un trasplante de cara que restaura su estructura facial y le permitirá masticar, tragar y respirar independientemente por primera vez desde el accidente.
Katie, a los 21 años se convirtió en la persona más joven en Estados Unidos en recibir un trasplante de cara, tres años después de haberse disparado en un fallido intento de suicidio.
"Tengo una segunda oportunidad en la vida ahora", dijo Katie, ahora de 22 años, en un documental que estrenó National Geographic llamado "La historia de una cara", que revela su lucha y documenta paso a paso su vida y las cirugías que le practicaron.
Katie es la persona número 40 en el mundo en recibir un trasplante de cara y la tercera en la Clínica Cleveland, que es considerada pionera en reconstrucción facial en Estados Unidos.
Sin embargo, su cirugía era ligeramente diferente a las anteriores: no sólo es la más joven en ser trasplantada, sino que fue la operación más larga jamás realizado, (31 horas) lo que llevó al equipo quirúrgico a superar un gran desafío.
Katie Stubblefield antes de su trasplante de cara en 2015 y después, en 2018. (Cortesía: Cleveland Clinic)
La vida de Katie es un documental
Los familiares contaron en el documental que Katie era una joven divertida con un sentido del humor muy positivo. Vivía con sus padres y sus hermanos Olivia y Robert.en Lakeland, Florida.
Cuando tenía 16 años, sus padres Alesia y Robb, quien era ministro, se trasladaron a Kentucky, y un año después a Oxford, Mississippi. Allí se convirtieron en maestros en una escuela cristiana donde Katie estudió y donde conoció a un compañero con quien comenzó una relación amorosa.
Pero Katie había comenzado a padecer problemas gastrointestinales, y se sometió a dos cirugías, de apéndice y vesícula biliar respectivamente.
Luego sus padres fueron despedidos de la escuela y su novio le fue infiel, una suma de malas noticias que Katie no puedo soportar. Así tomó la decisión dramática de dispararse con un arma de fuego, que no le quitó la vida pero borró literalmente su cara. Ahora Katie tiene una nueva oportunidad con el trasplante de cara, y está decidida a empezar de nuevo.
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